Pagan Moreno y Grau Melo son profesores del Instituto de Tecnología de Alimentos de la Universidad Politécnica de Valencia y estuvieron en Concordia en el marco del Programa de Doctorado de Ciencia y Tecnología de Alimentos que desarrolla la Facultad de Ciencias de la Alimentación desde 1999. Se trata de una estrategia para aportar al desarrollo científico tecnológico y con el objetivo de producir un salto cualitativo y cuantitativo en lo que hace a la formación de recursos humanos en la región y a la formación del profesorado de la institución.
Los docentes relataron sus más recientes investigaciones y la relación que se establece entre la Universidad, la empresa y el Estado español que cada vez está más comprometido en ofrecer líneas de financiación y a brindar un favorable tratamiento fiscal para las empresas que inviertan en investigación, desarrollo e innovación.
Actualmente trabajan en proyectos subvencionados por el Estado a nivel local o nacional, en proyectos personales y proyectos con empresas. “Las empresas cuando tienen algún problema se ponen en contacto con nosotros y desde nuestra parte intentamos solucionárselos. A partir de allí, se pueden realizar proyectos de investigación y el Estado subvenciona en gran medida a la empresa”, explicó Grau Melo.
El beneficio de investigar para las empresas es una reducción de sus impuestos. “Casi lo que invierten inicialmente para poner en marcha la investigación, luego lo recuperan”, agregó el docente ibérico. “Esto está abriendo muchas puertas y se ha hecho en un intento de fomentar lo que se llama I+D+I (Investigación, Desarrollo e Innovación) . El problema que hay en España es que la mano de obra es muy cara y hay muchísima competencia entonces la única manera de diferenciarse es innovar”, añadió.
Entre otros proyectos, actualmente están trabajando en relación a uno de las principales preocupaciones sanitarias: problemas cardiovasculares. “Estamos intentando entre otras cosas, reducir la cantidad de sodio en los productos cárnicos, es decir, lograr productos con bajo contenido de sal. También sustituir sodio por otros componentes que permitan que el producto mantenga la calidad y tenga algún beneficio extra para la salud”, dijo Grau Melo.
Además, expresó que las innovaciones no necesariamente deben estar vinculadas a mejorar la salud de los consumidores. “Depende de la inquietud de la empresa. Podemos trabajar para reducir los errores que tenga la empresa debido a por ejemplo que se ha cambiado el equipo o la utilización de otro tipo de materias primas, pues hasta ajustar el proceso que tenga dentro de la misma para que la calidad del producto sea más óptimo”. En consecuencia, puede servir para optimizar el proceso de la industria, para mejorar el medio ambiente, o para tener productos más ventajosos para la empresa.
El docente señaló también que en España no pueden competir haciendo un producto más barato o volúmenes grandes. “Tienes que ir a buscar nuevas cosas, es la única forma de competir. Y como las empresas pequeñas no pueden darse el lujo de tener sus propios centros de investigación, pero también tienen que subsistir, necesitan innovar. Es decir que estas empresas más pequeñas son las que recurren a la universidad para pedir colaboración”, sostuvo.
Por su parte, Pagán Moreno precisó que las multinacionales tienen sus propios centros de investigación y desarrollo. En el caso de las PyMES, los empresarios tienen muchas ideas, pero para poner en marcha esas ideas recurren a la Universidad porque: “tenemos los conocimientos técnicos para poderles ayudar. Eso se está logrando ahora y porque no tenemos otra salida, no hay otra posibilidad”.
Ambos docentes explicaron el significado de “productos con denominación de origen”. Para Pagán Moreno, están en “auge constante y es una forma de asegurar una calidad de origen”. Por su parte, Grau Meló dijo que se trata de productos con denominación de origen obligados a cumplir ciertas condiciones y, además, sirven para protegerlo respecto de invasiones de productos de la Comunidad Económica Europea y el consumidor sabe que está comprando algo que tiene un valor añadido importante. Asimismo, señalaron que muchos productos se exportan pero también se consume mucho internamente.
Hay casos de alumnos de la universidad que han creado su propia empresa para lograr carne de oveja con denominación de origen. “Los alumnos en nuestra universidad nunca se terminan de ir, siempre tienen la puerta abierta, aunque tengan 50 años y nos cuentan este tipo de proyectos. Nosotros vemos que en España el campo de trabajo para el ingeniero esta más saturado pero aquí en Argentina, hay mucho para hacer, muchos campos en donde se puede intervenir”, sostuvo Grau Melo.
En cuanto al funcionamiento de los órganos de control del consumidor en España, Grau Melo dijo que las pautas de calidad y el control sanitario están muy marcados en España, sobre todo porque están obligados a cumplir las normas de la Unión Europea. Hay un Organismo Superior que es la Comunidad Europea y cuenta con el Comité de Seguridad Alimentaria. “Aunque sea por razones políticas las cosas tienen que estar controladas. Además la competencia entre las empresas hace que tengas que hacer las cosas bien porque de lo contrario, con la competencia interna que tienes sumada la de los países de la comunidad, es imposible vender”, finalizó Pagán Moreno.