La primera semana de gobierno de Mauricio Macri reforzó el clima de urgencia y preocupación que comienza a circular en algunos sectores sociales. El impacto que está produciendo la política de shock regresivo y ajuste económico acelerado tuvo una muestra bastante explícita en el plenario de la Corriente Nacional de la Militancia que se realizó ayer por la tarde en la Universidad Metropolitana de los Trabajadores (UMET), ligada al gremio de encargados de edificios (Suterh).
Con la presencia del ex candidato presidencial Daniel Scioli (FPV) como orador de cierre, el encuentro congregó en el octavo piso de la casa de estudios a militantes de base del kirchnerismo, simpatizantes del FPV, y también a unos 30 dirigentes muy conocidos que tuvieron responsabilidades de gestión o en el Congreso durante la administración de CFK.
Dos dirigentes de la mesa nacional de La Corriente, Agustín Rossi y Daniel Filmus, ambos hoy en el Parlasur, se encargaron de la apertura y el cierre. “No dejaron pasar más de una semana para concretar un ajuste brutal.
Se ha realizado una transferencia de recursos desde los sectores populares a los sectores concentrados de la economía sin precedentes. Esto demuestra que nuestra campaña no era del miedo, era la campaña de la verdad y se está viendo ahora”, advirtió Scioli en su discurso.
El ex candidato presidencial llegó a la UMET en la recta final del plenario y acompañado por varios de sus colaboradores más cercanos, como su hermano “Pepe”, la diputada Cristina Álvarez Rodríguez y el ex secretario de Deportes bonaerense, Alejandro Rodríguez.
Antes de que Scioli tomara el micrófono, Filmus retomó palabras que ya se habían escuchado a lo largo de la tarde (críticas al verticalismo y al sectarismo que proliferaron dentro del FPV).
Luego aseguró que el contexto político hacía más necesaria que nunca la unidad y, finalmente, le agradeció a Scioli por su presencia en una actividad militante “a dos semanas de las elecciones”.
El reciente postulante del FPV agradeció los reconocimientos y después, con todo el auditorio escuchándolo expectante, evaluó los primeros seis días del gobierno de su rival en el balotaje. Su diagnóstico fue crudo: “Con las últimas medidas, el salario mínimo vital y móvil bajó de 625 dólares a 427.
Ellos quieren recortar el salario porque creen que hay que recuperar competitividad de ese modo. Nosotros, por el contrario, decíamos que la competitividad se puede incrementar en base a la ciencia y la tecnología”, diferenció.
Scioli ironizó sobre uno de los últimos anuncios del ministro de Energía, el ex CEO de Shell Juan José Aranguren. “Piensan que mandando la boleta de luz y de gas una vez por mes no nos vamos a dar cuenta de los aumentos”, comentó con tono socarrón. “Por eso yo digo que mi oficina va a ser la calle”, insistió luego, repitiendo una frase que ya había lanzado a los pocos días de la elección del 22 de noviembre.
Scioli también le dedicó un párrafo a la situación interna del justicialismo, hoy tensionado por disputas de liderazgo y diferencias ideológicas: sin mencionar a nadie por el nombre y apellido, pareció cuestionar al gobernador salteño Juan Manuel Urtubey y al ex candidato de UNA, Sergio Massa.
“Algunos compañeros ya piensan en llevar agua para su molino. Pero eso es funcional, eso es lo que quiere el gobierno de Macri: dividirnos”, cuestionó. “Ellos (por el macrismo) van a hacer todo lo posible por dividirnos: quieren a los peronistas por un lado, a los kirchneristas por otro y a los movimientos sociales por otro”, alertó.
“Si hay algo que nos tiene que unir, es el no al ajuste”, exhortó Scioli en el tramo final de su discurso. Antes había cuestionado con duros términos el intento de designar en la Corte Suprema por decreto, en comisión, a los juristas Horacio Rosatti y Carlos Rosenkranz. “Tenemos que unirnos para que no se avasalle en lo institucional y para que el país no vuelva a quedar en manos de otros intereses”, arengó.
Al lado del ex candidato lo escuchaban Rossi, Filmus, el bonaerense Mario Oporto, el titular del Suterh, Víctor Santa María; la economista Mercedes Marcó del Pont; los intelectuales Eduardo Jozami y Ricardo Forster; el encuestador Ricardo Rouvier; el publicista Fernando Braga Menéndez; los diputados Edgardo Carmona, Nilda Garré y Carlos Heller; el ex jefe de gobierno Aníbal Ibarra; la ex embajadora en Londres, Alicia Castro; el ex titular de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde; y el legislador porteño Gabriel Fuks, entre otras caras conocidas. «
Autocríticas y temas pendientes
Antes de los discursos de Filmus, Santa María y el cierre de Scioli, el plenario de La Corriente había reflejado -en dos horas de intercambio sin filtros- la necesidad de debatir que recorre a las agrupaciones del kirchnerismo. Tanto dirigentes conocidos como militantes anónimos se fueron sucediendo en el micrófono y entonces aparecieron una larga lista de temas pendientes.
Se escucharon diagnósticos de la situación política, autocríticas, advertencias sobre el diálogo con el mundo popular que logró establecer el PRO, llamados a trabajar junto a los sindicatos, cuestionamientos al modelo vertical descendente de la comunicación kirchnerista en el gobierno, planteos con reproches que iban dirigidos no sólo a espacios internos del propio FPV sino también a la dirigencia. Incluso a la propia conducción, es decir a Cristina, a la que -sin embargo- se consideró como líder del espacio tras la inédita Plaza de Mayo del 9 de diciembre.
“Este ejercicio horizontal tiene que hacerse permanente en nuestro espacio”, había propuesto Rossi al abrir el evento. Todo indica que el modelo de los plenarios de discusión se reproducirá en los próximos meses.
