El economista jefe de la Fundación Pro Tejer, Mariano Kestelboim, consideró que “el resultado del canje permitirá a la Argentina consolidar su normalización y su inserción en los organismos internacionales de crédito”.
“Esto, sumado al proceso de desendeudamiento desarrollado por el Gobierno a través del uso de reservas del Banco Central, facilita el acceso al crédito a mejores tasas”, afirmó en diálogo con Buenos Aires Económico.
Celebró, además, que ese crédito alcanzará a grandes, pequeñas y medianas empresas, y precisó: “Llegará justo cuando la Argentina está necesitando dar un salto cualitativo para generar una estructura productiva más fuerte”.
Asimismo, Kestelboim recomendó que una vez que se haya consolidado el canje la Argentina se debería dedicar “al desarrollo de instituciones que provean crédito a las pequeñas y medianas empresas, como un banco de desarrollo”.
Por su parte, el director del Banco Nación, Matías Kulfas, sostuvo que el lanzamiento de ayer “es un muy buen esquema para darle un cierre definitivo al problema de la deuda”.
“Es muy importante porque por un lado se hace una buena oferta, pero se respeta que no sea superior a la anterior. Los que entran ahora tienen posibilidad de resolver su problema. Es un muy buen camino porque habrá buena aceptación”, afirmó.
Además, consideró que “el principal efecto [de la oferta] es ponerle un punto de corte a veinticinco años de sobreendeudamiento, que no le ha servido de nada al país y que fue generado por las políticas neoliberales”.
En ese sentido, estimó que el anuncio de ayer contribuirá a “que la Argentina se dedique al desarrollo y no a estimular la especulación financiera”.
Para el economista Orlando Ferreres, el proceso de canje “va a ser bastante exitoso” y aseguró que la propuesta oficial “es muy atractiva” para permitir el intercambio de bonos en default.
El economista Miguel Bein, director del estudio que lleva su nombre, aseveró que “ésta es una oferta que convalida alrededor de u$s50”, de cada 100 en cesación de pagos.
“Va a tener un grado de aceptación importante, porque estos bonos que se cambian no son líquidos, no se pueden utilizar ni siquiera para comprar otros bonos”, indicó, al tiempo que afirmó: “Para la economía argentina, este lanzamiento es una buena noticia”.
Las críticas más agudas llegaron desde Wall Street. La analista de Credit Suisse Carola Sandy dijo desde Nueva York que la oferta está en lo más bajo dentro de lo esperado.
“Estuvo en el piso de las expectativas, porque no están reconociendo ninguno de los pagos pasados por el PBI”, lanzó.
De todas formas, reconoció que este hecho no cambiará el resultado final de la operación: “Esto probablemente no afecte mucho la tasa de participación, aunque todavía no hemos evaluado realmente la propuesta”.
Más ligero en sus consideraciones, el economista de Goldman Sachs Alberto Ramos dijo que la propuesta explicada por Boudou “estuvo probablemente en línea con las expectativas”.
“La única sorpresa es que los inversores minoristas obtendrán efectivo por los intereses adeudados y que los tenedores de títulos deberán pagar esta tasa del 0,4%», destacó.
Y añadió: “El hecho de que no harán pagos por las garantías vinculadas al PBI ya era conocido. Así que yo creo que el mercado ya se movía en que no había expectativas de que fueran incluidos”.