Para los comerciantes concordienses, los uruguayos son un “complemento” del mercado local

Mientras que en Gualeguaychú la afluencia comercial entre las vecinas ciudades se vio resentida y los fraybentinos, a pesar de la conveniencia cambiaria, dejaron de cruzar el río, en Concordia el fenómeno, al igual que el conflicto, es mucho más atenuado.
Según indicaron comerciantes de la zona céntrica de nuestra ciudad, el conflicto no trajo mayores sobresaltos en la afluencia de los vecinos, como sí lo hicieron los exhaustivos controles dispuestos por la Aduana hace poco tiempo, sobre todo en lo que respecta al contrabando de combustible.
En el sondeo realizado por DIARIOJUNIO, se consultó en estaciones de servicio céntricas donde confesaron que luego de estas medidas los clientes uruguayos se redujeron a la mitad. No obstante, entre 15 y 20 uruguayos siguen cargando diariamente en estaciones concordienses aunque sus cargas se redujeron sensiblemente respecto de las que se hacían antes de los controles.

Yoruguas gasoleros

El relevamiento evidenció además que la mayor parte de las compras que realiza el consumidor oriental en la ciudad tiene que ver con consumos minoristas, familiares, con compras que oscilan entre $50 y $100, fundamentalmente ropa, comestibles, calzados y combustible.
También vienen, aunque en menor medida, personas que se dedican a la reventa y que, en virtud de la conveniencia cambiaria, se nutren de mercadería en nuestra ciudad aunque el negocio es de una movilidad ínfima. Según comentaron algunos comerciantes mayoristas los compradores orientales se van surtiendo en una modalidad hormiga mediante compras modestas de una frecuencia semanal.
También se comentó que vienen beneficiarios de planes sociales de Uruguay (equiparables a los planes Jefes) que hacen sus compras de este lado del río para que les rinda más el dinero cobrado. Incluso hay un colectivo que une las ciudades de Concordia y Salto que hace una parada en las inmediaciones de una distribuidora de comestibles.
Como puede verse la necesidad (de comerciantes y consumidores) es un factor común a uno y otro lado del río y es el motor que nos sigue hermanando mientras combatimos la contaminación de la pobreza, instalada ya hace un largo tiempo en las costas del Uruguay.

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