Con respecto de la “fecundación asistida o procreación artificial”, un tema sobre el cual el Congreso procura legislar, Aguer consideró a la iniciativa como un “menosprecio de la dignidad de la vida naciente”, porque “el hijo no es un derecho sino que es un don” que “la naturaleza, Dios” concede “al amor del varón y la mujer”, pontificó.
Acerca del proyecto de ley de muerte digna, el religioso pidió a los diputados nacionales que aclaren “muy bien la diferencia que hay entre la renuncia al encarnizamiento terapéutico y ciertas prácticas que son eutanásicas”.
Durante su habitual columna por América TV, el prelado expresó que en el texto de la iniciativa “no queda claro si se va a permitir que se prive al paciente terminal de la hidratación y de la alimentación”.
También aseguró que se debe informar si los legisladores incluirán “un futuro testamento biológico” a fin de que cada persona pueda renunciar a la hidratación y la alimentación durante una enfermedad terminal, algo que, advirtió, “junto con los cuidados paliativos, no deben negarse a ningún enfermo”.
De esta forma, algunos aspectos del proyecto de muerte digna, lo mismo que las iniciativas sobre fecundación asistida, aborto y adecuación sexual, “son innegociables”, manifestó Aguer.
El arzobispo platense lamentó que los candidatos, “por lo general”, eviten referirse a estos temas antes de una elección “porque pueden determinar una división de la opinión que perjudique las chances electorales”.
Por eso, dijo “a modo de sugerencia”, los cristianos deben intentar determinar “qué es lo que piensan, qué opinan acerca de estos temas fundamentales”.
“No son indiferentes estos temas sino tan capitales que de ellos depende, de alguna manera, la futura configuración de la sociedad argentina. Y para nosotros, cristianos, son innegociables”, insistió.
Con los pañuelos verdes a favor del aborto legal, seguro y gratuito, miles de mujeres participaron de la marcha del 26º Encuentro Nacional de Mujeres que se desarrolló en la ciudad de San Carlos de Bariloche. Esa consigna unió en una única voz a militantes de organizaciones políticas, feministas, gremiales y estudiantiles y sociales que luchan por el derecho a decidir sobre sus propios cuerpos. Tras dos días de debate y participación, la columna federal, plural y rebelde empezó su trayecto en la periferia de la ciudad y finalizó en el centro cívico con un grito colectivo en reclamo de sus derechos. El contexto es también histórico: la inminente discusión en el Congreso sobre la despenalización del aborto.