«Greenpeace ha venido advirtiendo, desde el inicio de este conflicto, que llevar la controversia a la Corte Internacional de Justicia no ayudaría para arribar a una solución de fondo al problema que representan la instalación de las plantas de celulosa en Fray Bentos. Por el contrario, siempre hemos alentado el diálogo bilateral que es la vía más apropiada para hallar una solución duradera», expresó Juan Carlos Villalonga, director Político de
Greenpeace.
La organización ambientalista consideró que el rechazo a la medida cautelar fue un resultado previsible ya que todos los analistas jurídicos había señalado que resultaba prácticamente imposible que el Tribunal diera lugar a una medida cautelar favorable a la Argentina.
«La decisión argentina de recurrir a La Haya ha sido un grave error porque debilitó los canales de diálogo y generó expectativas equivocadas que se prolongaron durante meses que hubieran sido clave para el inicio de un diálogo bilateral», agregó Villalonga.
Para Greenpeace es imprescindible e impostergable la necesidad de establecer una serie de condiciones y regulaciones para este tipo de emprendimientos de manera de garantizar la calidad ambiental de este y los próximos proyectos a gran escala que la industria del papel tiene previsto para la región. «No es casual que esta misma semana Uruguay aceptara la instalación de una tercera planta de celulosa (Stora Enso)», sostuvo Agustín Fernández, representante de Greenpeace en Uruguay.
En este sentido la organización ecologista propone, como parte del plan de modernización del sector papelero en ambos países, la adopción de criterios para la explotación forestal sustentable, adoptar tecnologías de blanqueo de la pulpa de celulosa libre de cloro y hacer cumplir estos criterios al sector de celulosa que ya existe tanto en Argentina como Uruguay.
«Es necesario que Uruguay y la Argentina acuerden criterios comunes para una industria que pretende expandirse a gran escala en nuestros países y que es de alto impacto en cada una de sus etapas. La contaminación no respeta fronteras», concluyó Villalonga.