No nos corresponde cómo fuerza política hacer una valoración de la capacidad técnico-jurídica del Diputado Castrillón, pero en cambio sí tenemos la obligación de argumentar en el foro de la razón pública el motivo de nuestra negativa.
El diputado Castrillón no solo ha tenido una larga y pública actuación como legislador de una parcialidad política, sino que en los últimos años, y hasta hoy, se desempeña como jefe, como abanderado, como máximo responsable del bloque parlamentario del partido en el Gobierno. La propuesta de que el Presidente del bloque oficialista, de que el vocero del Poder Ejecutivo en la Cámara de Diputados pase a integrar el STJ es en sí misma un peligroso intento de colonizar el Poder Judicial, lo que queda más expuesto al no existir argumentos académicos o jurídicos que demuestren una valía en el Diputado Castrillón que excedan a los de naturaleza estrictamente partidaria.
Lejos estamos de las designaciones hechas por el presidente Kirchner de Eugenio Zaffaroni o de Carmen Argibay en la Corte Suprema de Justicia de la Nación. En realidad estamos en la antípodas, aunque esta afirmación, por supuesto, no constituye ninguna novedad cuando hablamos del bustismo.
