En Uruguay ya advirtieron que en las próximas ediciones ya no pedirán la firma de una hoja donde queda claro que si le sucede algo al competidor es responsabilidad propia sino que requerirán un formulario donde deberán dejar constancia de un “montón de factores de riesgo” que dará lugar a una puntuación determinada. Quienes no lleguen a reunir ese puntaje, deberán realizarse los estudios que corresponden, según publicó “El Correo” de Punta del Este.
En tanto, en Concordia Costa recalcó que en 34 ediciones anteriores nunca sucedió absolutamente nada. “A veces a algún corredor lo llevan porque le baja un poquito la presión, están una hora en el nosocomio, lo recuperan, le dan suero vuelve y está todo perfectamente bien”, detalló. De hecho, el año pasado 35 competidores debieron ser atendidos. Incluso, hace dos años, Gustavo Comba, un atleta de elite que ganó muchas carreras nacionales e internacionales, por falta de hidratación se cayó cuando disputaba la punta de la carrera. “Y es un atleta de primer nivel que está con los médicos todos los días”.
“Lamentablemente nos tocó a nosotros en la maratón que esa persona dejara de existir. Uno lo lamenta porque mas allá de que era un atleta, era una persona, un ser humano y nos tocó vivir ese mal momento. Les dimos el pésame a los familiares. Hay veces que son cosas inevitables, de la vida”, dijo Costa.
A excepción de los menores de 18, a quienes se les solicita certificado médico y permiso de los padres, los mayores pueden correr sin certificado y se les hace firmar un papel donde la organización se deslinda de cualquier responsabilidad ulterior. “No podemos a 3500 atletas pedirles los exámenes médicos. Es dificilísimo, cada uno tiene su responsabilidad”, manifestó el organizador.
Costa dijo que los familiares de Fochestto le manifestaron que aparentemente tenía problemas del corazón. “Quiso participar lo mismo, siempre participaba, pero esta vez a más de la mitad del circuito tuvo ese problema”, indicó Costa. “Se lo llevó al hospital más cerca pero lamentablemente no se pudo recuperar”, indicó. La versión sobre una supuesta tardanza de la ambulancia para arrancar, para Costa, no es más que un comentario. “Siempre hay comentarios pero te puedo asegurar que no. Todas las ambulancias estaban perfectamente sin ningún problema. Quizás haya demorado un poco por la cantidad de gente que había en un circuito y justo en la Plaza España donde se junta muchísima gente”, dijo.
“Este hombre ni bien cayó fue atendido enseguida por un médico. Se lo llevaron enseguida al hospital donde me dijeron que iba a ser difícil recuperarlo porque había sufrido un infarto”, señaló.
El organizador recalcó que había ocho ambulancias, una cada 1 ½ km., enfermeros cada 500 metros, siete motos policiales recorriendo el circuito y un hospital móvil a la llegada. “Ya lo habíamos programado así porque en los días anteriores había hecho mucho calor”, dijo.
¿Se va a pedir un examen cardiológico para la próxima edición? Costa reiteró que es un tema difícil. “No es fácil, vamos a evaluarlo. Hasta este momento pensamos que todo iba bien y que nunca nos había pasado a nosotros pero vamos a evaluarlo. Pero a veces por la misma emoción de la carrera y ya puede tener de años atrás algún problema y quizás el médico no lo percata y en ese momento sucede. Tampoco estoy diciendo de que no lo vamos a hacer”, indicó.
“Todo lo que está bien se lo deja y lo que no está bien se lo mejora o se trata de que no suceda otra vez”, dijo nuevamente Costa. De esa forma, dejó en manos de la organización la posibilidad de incrementar los controles para la edición 2015 de la competencia atlética.
Chequeo previo
El director médico del hospital Masvernat, José Luis Ziggiotti, explicó que muchas lesiones coronarias previas que pueden llevar a un infarto pueden diagnosticarse previamente mediante los estudios y chequeos correspondientes. “Una persona que realiza ese tipo de competencias debe estar perfectamente chequeadas. Si se detecta una lesión, se puede tratar”, manifestó.
Al mismo tiempo, sostuvo que no hay edad para realizar los exámenes. “No importa la edad, si está en perfectas condiciones puede tener 80 años y correr pero hay gente que está enferma y la enfermedad no le da ningún síntoma. Cree que están sanos y el primer síntoma es la muerte”, dijo. Pero recalcó que hay tecnología suficiente como para impedir que una persona muera de un infarto en el Siglo XXI. Para eso es necesario hacerse un chequeo cada cuatro o cinco años. “Las enfermedades no aparecen de un día para el otro sino a través de los años”, sostuvo.
Una unidad sin cardiólogos
Ziggiotti indicó que hace más de un año que están trabajando para que funcione una unidad de cuidados intensivos cardiológicos en el Masvernat donde se puedan atender todos los pacientes con algún problema de ese tipo como arritmias, insuficiencia cardíaca o coronarias. “Cuando entra un paciente con un infarto, estamos limitados. Podemos hacer el tratamiento clínico nada más pero el tratamiento del infarto ha cambiado totalmente y sino tenemos un sala de hemodinamia no se puede hacer ningún tipo de tratamiento”, señaló.
“Los recursos materiales los tenemos como respiradores, monitores. Tenemos terminada la infraestructura. El recurso humano lo tenemos pero nos falta el nombramiento de ese personal que se va a ocupar de la unidad coronaria”, dijo el médico. En tal sentido, confirmó que necesita un cardiólogo de guardia por día. En consecuencia, aún resta el consentimiento de la secretaría de Salud para nombrar a los siete cardiólogos.
“Eso sería el punto de partida para otras cosas más complejas dentro de la cardiología como hemodinamia, la colocación de stents intracoronarios y la parte de cirugía cardiovascular que se puede también hacer ahí”, explicó.
Los pacientes que tienen obra social pueden acudir al Sanatorio Garat donde funciona una unidad de atención coronaria desde hace cuatro o cinco años. Pero quienes carecen de cobertura médica son cargados en una ambulancia y trasladados a Concepción del Uruguay o Paraná. “Allí tienen toda la tecnología para realizar este tipo de tratamiento”, señaló. Pero eso implica un riesgo adicional porque la primera hora luego de un infarto, el índice de mortalidad es elevado. “Uno no tiene mucho tiempo para actuar. Cuanto más precozmente se actúa, mas chances de sobrevida existe”, señaló. Pero un viaje hasta Concepción implica, además del tiempo de viaje, el llamado a una ambulancia, la organización del traslado, etc. “El riesgo es altísimo”, puntualizó.
Ziggiotti recalcó que Concordia tiene el doble de población que “La Histórica” además de la zona de influencia que abarca hasta el sur de Corrientes. “Tendríamos que tener lo que tiene Concepción en este momento”, manifestó.