Chiarello manifestó sus dudas respecto de la viabilidad de construir un aeropuerto solamente para trasladar arándanos por vía aérea. No obstante, manifestó las ventajas que significan contar con una terminal aérea. Por un lado, se mejora la conservación de la fruta reduciendo la posibilidad de imprevistos por el camino al reducir el tiempo de viaje. Por el otro, se reduce el costo de transporte. El flete hasta Buenos Aires y la carga se llevan US$ 2,5 por kilo de arándano.
Una alternativa viable sería el aeropuerto de Paraná. Pero, para ello, se debe ampliar la playa de estacionamiento. La estación aérea está ubicada a 250 km. de distancia (Buenos Aires está ubicada a 450 km.) y la inversión requerida es mucho menor que la erogación requerida para una terminal nueva. Hace dos años, el cálculo era que se necesitaban US$ 15 millones para realizar la obra.
Chiarello dijo que es importante contar con un aeropuerto pero, al mismo tiempo, dijo que no pueden pretender una inversión millonaria en una obra cuya utilidad sería de tres meses al año.
De cualquier forma el presidente de Apama agradeció el empeño y la voluntad del intendente Enrique Cresto de gestionar el aeropuerto. Pero, al mismo tiempo, dijo que se debe poner “todo en la balanza” a la hora de evaluar la conveniencia. “Quizás cuando estemos arriba de los 20 millones de kilos podremos pretender algo más”, sostuvo.