El gobierno uruguayo expresó ayer su malestar con la medida implementada por los asambleístas argentinos de entregar pases para sortear el piquete de Arroyo Verde. Desde Argentina no hubo respuesta oficial.
El canciller Reinaldo Gargano dijo sentirse “horrorizado” al enterarse del sistema de tarjetas que están utilizando los activistas de Gualeguaychú para permitir el libre tránsito a determinadas personas en el piquete de Arroyo Verde. El mecanismo es un pequeño carnet plastificado donde en el frente figura apellido, nombre, lugar de trabajo y patente del vehículo y en el dorso, se lee «No a las papeleras».
El asambleísta Alfredo de Angelis dijo ayer a Índice 810 que el sistema fue ideado para las personas que trabajan entre el lugar donde está asentado el piquete y la orilla del Río Uruguay.
El canciller Gargano dijo ayer “es como si yo me pusiera a emitir tarjetas acerca de quién puede entrar o no por la calle Cuareim al Ministerio de Relaciones Exteriores”.
El intendente de Río Negro, Omar Lafluf, también manifestó su malestar con el tema y dijo que es una “verdadera vergüenza”.
En Uruguay, la noticia causó indignación. El intendente de Río Negro, Omar Lafluf, consideró un hecho vergonzoso que la Asamblea resuelva «discrecionalmente quiénes pasan y quiénes no. «Es una vergüenza», afirmó, y así se lo hizo saber en una nota que envió semanas atrás a Hernán Orduna, ex presidente argentino de CARU.
El jefe comunal señaló que esto lo «sospechaba hace tiempo, porque los datos oficiales (migraciones) arrojan que por el puente cruzan promedialmente unos 400 autos al mes».
Ricardo Roa, editor general adjunto del diario Clarín que ayer difundió esta información, sostuvo en su editorial que los ambientalistas «como si ocuparan un territorio libre y autónomo (…) deciden qué argentinos pueden salir del país y cruzar a la otra orilla por allí y cuáles no». Para Roa la Asamblea «se ha constituido en policía fronteriza de facto y se maneja con sus propias reglas, que incluyen emitir pasaportes. Algo que ocurre sólo en países donde el Estado claramente falla».