Según el presidente uruguayo, Kirchner sugirió en Chile «la posibilidad de pedir a las empresas un gesto (…), de detener por un tiempo la construcción de las plantas».
Pero agregó que «mientras los piquetes de ciudadanos argentinos estén cortando los puentes, el gobierno uruguayo no va a detener la construcción de las plantas de celulosa».
«Nosotros, por nuestro lado, exigimos el levantamiento del corte de los puentes, para poder dialogar», añadió Vázquez en una rueda de prensa. «Si estas dos cosas se logran buscaremos un encuentro los dos presidentes para empezar a negociar cómo seguimos adelante», en un proyecto que «Uruguay va a instalar finalmente», agregó el mandatario.
La verdad, es que luego del festejado encuentro en Chile, a ninguno de los dos presidentes les fue bien en sus respectivos pueblos. Para los ambientalistas de Gualeguaychú se “necesitan otras garantías aparte de la paralización de las obras por 90 días”, es decir, relativizaron el episodio y la palabra empeñada por el presidente.
En tanto, al presidente uruguayo no le fue mejor, opositores políticos uruguayos lo están poniendo contra las cuerdas, hasta se animan a identificarlo con la “traición a la patria”.
En otras palabras, la falta de reflejos está logrando que tanto la derecha como los capitalistas contaminadores, se estén haciendo un festín.