–¿El conflicto por la instalación de la papelera Botnia en Fray Bentos será prioridad en su gestión?
–Es un tema que comprende varios elementos. Por ejemplo, hay aspectos que conciernen a la relación institucional a nivel del Poder Ejecutivo y del Ministerio de Relaciones Exteriores. Hay otro elemento que comprende al Poder Judicial argentino, el cual en algún momento tendría que dictar un auto para levantar el bloqueo de los puentes. Un tercer aspecto es la sociedad civil de Gualeguaychú, que tiene su interés en este tema. Solucionar todo esto en una sola negociación es bastante complejo, máxime cuando hay algo más, que es un litigio pendiente en la Corte Internacional de La Haya. Y ése es el nudo gordiano de esta situación. Creo que debemos esperar el fallo de La Haya, ver cuáles son los elementos jurídicos que recoge, y luego los dos países tenemos que ver cómo administramos ese fallo para hacerlo efectivo en el sentido práctico. Esa es la situación global del problema. Salvo la parte del Poder Judicial argentino, un poder independiente, los otros temas los vamos a trabajar directamente. El gobierno argentino puede contar con nuestra mejor disposición para arrimar las soluciones más viables, prácticas y que hagan un poco a los intereses planteados por ellos y, por otro lado, también queremos un diálogo con la sociedad civil argentina a los efectos de hacerle saber cuál es nuestra posición y cómo debemos actuar las dos partes de ahora en adelante. Me parece que los asambleístas son conscientes de que no se le puede pedir a un presidente que asumió ayer que relocalice una planta cuya inversión fue decidida hace más de cinco años. Sería contrario a toda lógica. Esperamos que este punto sea comprendido cabalmente y que podamos discutir, negociar y resolver sobre otra base que haga a soluciones prácticas. Esas soluciones son realmente corroborar los aspectos eventuales de contaminación de la planta con un chequeo, con controles muy cercanos, y también un control medioambiental del río Uruguay. Es algo que está faltando, deberíamos trabajar en un protocolo medioambiental del río.
–Existen estudios hechos por expertos de la UBA y La Plata que avalan la denuncia de contaminación. La senadora y primera dama, Lucía Topolansky, dijo que el papel blanco contamina y hay que usar uno amarronado. ¿Comenzó a romperse un discurso monolítico de la clase política uruguaya?
–Son informes científicos y técnicos y nosotros nos tenemos que atener a ellos. Hay que entender un dato de la realidad: si tomamos todas las plantas de celulosa que hay en la región, ésta es la que contamina menos, si es que contamina. Esta es probablemente la planta más moderna que se puede aspirar a tener. Debemos atenernos a esos informes y también, insisto, a un protocolo medioambiental del río Uruguay a fin de poder las dos partes, incluyendo elementos de la sociedad civil, determinar soluciones. Hubiera servido para lo que recientemente pasó en un balneario.
Fueron declaraciones formuladas a la periodista Mercedes López San Miguel, publicadas hoy en Página 12