El conflicto está en uno de sus momentos más intensos y los españoles comprueban que el fallo de La Haya rechazando el pedido uruguayo contra los cortes de rutas no ha conseguido destrabarlo. «El temor que siempre está presente es que todo esto se convierta en un proceso irreversible», comentó el alto funcionario amigo del rey de España.
Según el matutino Clarín, las urgencias se disparan porque el lunes próximo tiene que iniciar su tercera gira por las capitales del Río de la Plata el enviado especial del rey, el embajador español ante las Naciones Unidas, Juan Antonio Yáñez.
«Ahora está claro que no queda sino abrir paso al diálogo y al entendimiento», se especuló en esos círculos. Pero, con el correr de las horas, el conflicto entre Argentina y Uruguay por la construcción de las papeleras sobre el río Uruguay volvió a entrar otra vez en un callejón sin salida.
El canciller uruguayo, Reinaldo Gargano, señaló que el fallo de La Haya «no ha creado una nueva situación. Con los puentes bloqueados, Uruguay no negocia». Los ambientalistas festejan la sentencia internacional, prometen seguir con sus cortes y extienden sus actividades a Buenos Aires. El presidente Néstor Kirchner, que insiste en que éste es el momento del diálogo, aclara que no habrá represión para despejar los accesos internacionales.
Pero los españoles no quieren dejarse abatir por el desaliento. El conflicto afecta de lleno a dos países clave de la comunidad iberoamericana. ¿Cómo se sale hacia adelante? Yáñez intentará una o varias fórmulas contra el estancamiento en su nueva ronda de consultas. El lunes con Kirchner y al día siguiente con el presidente uruguayo, Tabaré Vazquez.
Tiene una buena carta para jugar con el resultado de sus gestiones en Helsinski, Finlandia, ante la empresa Botnia, que ahora parece estar de acuerdo en sentarse a dialogar. El embajador Yáñez no tuvo encuentros con el gobierno finlandés pese a que se esperaba algo por ese lado.
Sin embargo, el canciller Miguel Moratinos sí ha llegado hasta las autoridades finlandesas a través de sus diplomáticos. El resultado habrá que verlo, porque el gobierno finlandés es reticente a aparecer como presionando a una gran empresa local.
Yáñez insistirá en que Botnia ve con buenos ojos las posibilidades que brinda el Plan Ambiental cuyas ideas ya son conocidas. Los vertidos de Botnia se trasladarían por un desagüe que llevaría los efluentes lejos de Fray Bentos. También prevé arreglos visuales para ocultar la planta al paisaje desde la orilla argentina.
Lo fundamental, lo que es un quebradero de cabeza para los españoles, es cómo lograr que se dialogue y se llegue a un acuerdo. Lo demás, caño más isla-pantalla menos, son problemas técnicos que se pueden arreglar.
