El periodista enmarca el conflicto en “una de las tragedias de este momento histórico”, cuando “los explotados, los oprimidos, las personas de buena voluntad y las personas con compromiso democrático han perdido el sentido de la identidad del enemigo, por que han perdido la identidad propia”.
En ese sentido criticó la metodología del corte de ruta, aclarando que si bien podrán “tener sus argumentos, pero se enfrentaron conmigo y con miles y miles de personas, que como yo, no tienen nada en contra de ellos”. Comparando esta metodología con la acción de “hacer una carambola en el billar, pegarle a una banda para llegar a la otra. Una cosa demencial, una prueba cabal de cómo se ha perdido la conciencia y el concepto de la identidad: no se quien soy”.
Para el editor de la revista América XXI, “los pueblos de Argentina y Uruguay no pueden estar luchando por esto”, afirmando que el eje no debería ser la insistencia del problema ambiental, “que es donde se afirma el gobierno de Finlandia y Uruguay para negar las contaminaciones, porque antes de ser ambiental es un problema económico y estratégico”.
Uruguayos
Bilbao criticó al gobierno de la República Oriental del Uruguay, “supuestamente de Izquierda” que llegó al poder con “ideas y anhelos de cambio profundo”, pero que “está repitiendo en el siglo XXI la receta de desarrollo del siglo XIX: traigamos capitales e implantemos fábricas. Démosle la tierra y las facilidades para que las empresas extranjeras vengan a producir acá”.
Así también reprochó a “los representante de las asambleas entrerrianas”, porque hasta el momento no han esclarecido su discurso para decirle a Uruguay: “vamos a ponernos contra Botnia, pero no porque vaya a contaminar -porque acá también tenemos empresas contaminantes- sino porque este no es proyecto que nosotros tenemos”.
Allí insistió con que “nuestro enemigo no es quien viene por la ruta 14, tampoco el uruguayo que entiende que va a conseguir trabajo porque implantan a Botnia”.
Afirmando que “esta confusión de ideas tiene padres, tiene madres, tiene procreadores y eso se llama imperialismo. Estados Unidos a través de personajes con nombre y apellido, como el ex Canciller Rafael Bielsa, fueron promotores de este desastre”. Precisando que “esto lo hizo Bielsa antes de ir a tratar que no ganara (Rafael) Correa la elección (presidencial) en Ecuador, como un agente directo del Departamento de Estado”.
Concluyendo en que “si se creo que esto es una simple confusión de uruguayos o de guleguaychuenses se equivoca profundamente. Acá está la mano del imperialismo tratando de dividir a estos dos pueblos y sobre todo confundirle el enemigo”.
El libro
Refiriéndose específicamente a su libro “Argentina como clave regional”, el periodista sintetizó que en sus páginas “trato de explicar” que nuestro país es una clave en el continente, “pero paradójicamente por su debilidad, no por su fuerza”. Admitiendo que estaba asestando “un golpe al orgullo nacional -que en primer lugar me duele al escribirlo- pero me siento obligado a decirlo, porque estamos en un momento de extraordinaria debilidad ideológica, incluso debilidad moral. Además de ausencia de posicionamiento en términos de estrategia y de proyecto, no solo para la unidad latinoamericana, sino para el propio país”.
Aseveró que “no hay proyecto en la Argentina y en esto incluyo a buena parte de la izquierda, que si tiene un proyecto en líneas genéricas, pero que no tiene la capacidad de hacerse fuerza para producir cambios”.
Reiterando que “somos una clave pero por nuestra debilidad”, describió un escenario donde “EE UU ha perdido (hace 8 años) la iniciativa política y la hegemonía en Sudamérica”, por lo que “todos sus cañones están apuntados a recomponer esa hegemonía, a recuperar esa iniciativa. Pero se encuentra con tres grande países que le hacen una barrera: Venezuela, Brasil y Argentina”.
Con respecto a estos tres países, “a los dos primeros no hay manera de recuperarla en el corto o mediano plazo. Pero en Argentina no tenemos n el vigor político, ni la solides ideológica del comandante Chavez; ni tampoco una burguesía industrial (como el caso del país carioca) que se disponga a disputarle el mercado sudamericano a EE. UU.
Por ese motivo Argentina es el país clave para el imperialismo”.
Por último anticipó que el 29 de octubre, luego de las próximas elecciones presidenciales, “vamos a tener a EE UU a la carga para recuperar a este país y llevarlo a un bloque que no esta lo suficiente consolidado, pero es anuente a aliarse con EE UU. Claro que también va a desatarse todas las fuerzas que aspiran al curso contrario”, advirtió.