PAPELERAS: los asambleístas llevan su protesta a las puertas de la embajada de Uruguay

Realizan este mediodía un escrache que incluirá el hervor de kilos de coliflor, cuyo olor es comparable al que emana Botnia desde puesta en marcha de su planta de procesamiento de pasta de celulosa. Mientras, la empresa Botnia comienza a exportar su producto luego de cuatro días de producción.
La protesta, que fue organizada por asambleas vecinales porteñas a la cual Gualeguaychú adhirió, incluye el hervor de «kilos de coliflor».
El coliflor hervido es, según los asambleístas, lo más parecido al olor que se siente en las inmediaciones de la pastera de Fray Bentos.
De todos modos, Pouler aclaró que en Gualeguaychú aún no se siente el olor fuerte que emana de la industria de pasta de celulosa, pero advierten que esto se debe a que la empresa finlandesa pone «esmero» en tapar este olor con otras sustancias ante la presencia de numerosos periodistas.
«Cuando se vayan los medios de comunicación de la zona, y la planta comience su producción plena, empezará a sentirse ese fuerte olor a huevo podrido», dijo Pouler.
En este marco, los estudiantes de los colegios de Gualeguaychú realizarán mañana en la costanera el tradicional Grito Blanco, que es un «reclamo por la vida» y «en contra de las pasteras contaminantes», según consignó Pouler.
Al mismo tiempo, desde el sábado -cuando se realizó la protesta por aire, por tierra y por agua-, asambleístas de Gualeguaychú están apostados en la Isla Inés Dorrego, justo frente a la planta, sobre el compartido Río Uruguay, «para que la empresa sepan que hay gente que los está controlando todo el tiempo», dijo el asambleísta.
Paralelamente, el gobierno de la Nación, el provincial, y el municipal ponen esta semana en marcha el Plan de Vigilancia en el Río Uruguay, para poder testear el grado de contaminación en el recurso hídrico binacional.
Los asambleístas celebran estas acciones pero insisten que la herramienta sigue siendo «la movilización social» y que si la empresa «dura 40 años, tendrán que evaluar si podrán soportar la presión que le pondremos con las actividades de protesta y desprestigio internacional», concluyó Pouler.

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