PAPELERAS : Lauritto criticó la “intransigencia” de la Asamblea así como la decisión de ir a La Haya

El diputado nacional José Lauritto (Partido Justicialista) habló extensamente en la tarde de este jueves sobre el tema de las fábricas de celulosa, mostrando matices diferenciales de la posición que impulsaron tanto el gobierno provincial como las asambleas ambientales. En diálogo con LT11 de Concepción del Uruguay y reproducida por “El Miércoles”, Lauritto reiteró en varias ocasiones su preocupación por la «intransigencia» de la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú, aunque también rescató con mucho énfasis el rol de «concientización» que jugó la misma. Lauritto dijo que hay que volver atrás del «no a las papeleras» para asumir el «no a la contaminación», lo que quizás permita lograr un diálogo con el país vecino. También se lamentó de la decisión de ir a la Corte Internacional de Justicia de la Haya, diciendo «Cuesta entender que no nos podamos sentar en una mesa a dialogar antes que tener que ir a buscar a Europa, a miles de kilómetros, alguien que resuelva lo que deberíamos resolver nosotros, separados nada más que por un río».

«NO A LA CONTAMINACIÓN» VERSUS «NO A LAS PAPELERAS»
«El punto más difícil es cómo nos sentamos en una mesa de diálogo deponiendo algo. A mí lo que me preocupa es que la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú, el Foro de Asambleas de Entre Ríos, ya no están diciendo «No a la contaminación», están diciendo «No a las papeleras». Con lo cual están con un presupuesto de contaminación mientras Uruguay nos está diciendo ‘Nosotros estamos construyendo y no vamos a contaminar’. La pregunta es ¿cuál es el equilibrio para un diálogo que ayude a dos países hermanos?»

«ACEPTEMOS QUE UNA SOLUCIÓN SEA QUE SE SIGAN CONSTRUYENDO PERO CON LAS NORMAS DE LA UNIÓN EUROPEA»
«En caso de que nos vaya bien seguramente habrá solución, pero aceptemos que una solución sea que las papeleras se sigan construyendo, que finalmente tengan que aplicar las técnicas de Europa, pero ¿y si aún así siguen contaminando? Porque seamos sinceros: lo que cuesta a veces entender es que estando radicados en Europa hagan una inversión tan lejos con una política que no se puede negar, hace 16 años que en el Uruguay están forestando, hoy tienen 700 mil hectáreas forestadas. Es decir que aunque no se haya dicho tan públicamente que esta es una política que se ha adoptado por mayoría. De modo que estamos ante un problema muy delicado en cuanto a qué solución tendría. De cualquier manera creo que en algún momento podremos exigirle al Uruguay que se respeten las normas anticontaminación más adelantadas, las que en definitiva va a exigir la Unión Europea y que hablan de libre de contaminación de cloro, que es lo que la UE le pedirá a sus 25 países integrantes a partir de 2007. Es probable que esto, quizás, se logre. El tema es cómo se va a resolver esa intransigencia que ya no es «No a la contaminación» sino «No a las papeleras». Este es el principal punto y aunque parezca una cuestión de sentido común resolverlo, hay que volver atrás ara encontrar una suerte de diálogo ¿se entiende?

«UN AMIGABLE COMPONEDOR»
«Yo particularmente lejos estoy de animar situaciones litigiosas cuando hay posibilidades de conciliación… -dijo el ex intendente de Concepción del Uruguay-. Yo creo que el Estatuto del Río Uruguay prevé, primero, que se pongan de acuerdo la delegación argentina y la delegación uruguaya de la CARU. Si eso no fuera posible, el segundo paso es un procedimiento conciliatorio, un árbitro, un tercero, un amigable componedor. Y el último paso es la solución litigiosa. Lo que pasa es que si usted no acompaña los informes desde hace dos años y si usted construye las papeleras al ritmo que los están haciendo ¿qué otra solución queda?».

Consultado sobre si no ve una solución a corto plazo…
Lo que veo es que Uruguay sigue construyendo. Supongamos, como decía, que en algún punto las empresas acepten y el Uruguay obligue, a aplicar las técnicas de la UE, que insisto suponen un costo de un 25 por ciento a estos 1.800 millones de dólares… El problema es que la cuestión ha ido tan lejos que deberían no contaminar en absoluto… El ecosistema que es el agua, la tierra y el aire, y acá estamos hablando de la contaminación de la calidad de las aguas, de la posibilidad de lluvia ácida…La pregunta es ¿va a ser posible esto? Y después otra cuestión: si es verdad que habrá una tercera papelera, hay que ver si el río Uruguay soporta semejante nivel de producción. Creo que lo que hay que tratar es, si Uruguay tiene la decisión de construirlas, que la más moderna tecnología, por cara que sea, sea aplicada. En este punto aparece nuestro planteo: garantías de no contaminación. Y a su vez otra garantía: ¿y si contaminan qué? Creo que no hay dudas, la inversión irá a otro lado porque la contaminación está… En eso estamos, y creo que va a ser muy difícil garantizar que no contaminen. La otra cuestión es «Sí, pero ustedes tienen en Argentina la planta de Capitán Bermúdez, o en Misiones no contaminamos..». Bueno, estos detalles está por verse. Todos estamos aprendiendo del medio ambiente, porque vamos a ser sinceros: de Gualeguaychú lo que siempre llamó es una generación joven que empezó a reclamar por el medio ambiente, más que personas grandes como nosotros que lo hayamos hecho. Este es otro dato, esta cuestión del medio ambiente se ha desatado en esta última década como una cuestión de prioridad, donde para todos nosotros por ejemplo Gualeguaychú ha sido un ejemplo. Y bueno, encontrar el equilibrio va a ser un gran tema. Si encontramos un equilibrio y que en vez de «no a las papeleras» sea «no a la contaminación», tal vez por allí le encontremos el punto, pero en este momento no lo veo muy cerca a esto. Yo creo todos nos estamos preguntando hoy qué nos ha sucedido, que hemos llegado tan lejos sin haber dialogado.

Usted entiende que el Uruguay no dijo nada, pero la Argentina tampoco, al menos no con toda la vehemencia que debió hacerlo en su momento ¿no?

Sí. Yo creo que en realidad hay que rescatar el enorme valor que ha tenido un grupo de ciudadanos de Gualeguaychú que en el año 2002 eran muy poquitos, en el 2003 se reunieron por primera vez orgánicamente, en el 2004 hicieron una audiencia pública en el Concejo Deliberante y durante ese año concientizaron para llegar al 30 de abril de 2005 con una manifestación de treinta mil habitantes. Yo creo que esto fue lo que despertó de tal manera que hoy todos estamos sacudidos, concientizados, sensibilizados y este tema desbordó, fue mucho más allá de lo que uno pensaba, y bueno, hay que pensar: Si no hubiera estado esta gente de Gualeguaychú ¿hubiéramos tomado tanta conciencia como tenemos hoy? De ningún modo. Fuimos tan lejos que cuesta entender que no nos podamos sentar en una mesa a dialogar antes que tener que ir a buscar a Europa, a miles de kilómetros alguien que resuelva lo que deberíamos resolver nosotros, separados nada más que por un río.

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