PAPELERAS: Kirchner: “La planta ya esta ahí. No hay nada más que hacer, sino esperar a La Haya».

El gobierno argentino descartó oficialmente la relocalización de la planta de la finlandesa Botnia, emplazada en Fray Bentos. “La planta ya esta ahí. No hay nada más que hacer, sino esperar a La Haya», admitió ayer el presidente Néstor Kirchner en un diálogo informal con el diario Clarín en el lobby del hotel Four Seasons, donde se aloja en Nueva York. Para el Presidente, la solución del conflicto no llegará sino hasta el día del fallo de la Corte Internacional de Justicia, no antes del primer semestre del año próximo. «Para mí se va a resolver ahí. Hay que acatar el fallo que sea y el tema se terminó», afirmó.
La sorpresiva frase del Presidente salió de su boca a menos de 24 horas de que se lleve a cabo un nuevo encuentro entre ambos países mañana en Nueva York, frente al canciller de España, Miguel Moratinos, para avanzar en la negociación.
El traslado de la planta fue la hipótesis de máxima con la que el Gobierno impulsó el diálogo directo con Uruguay bajo el auspicio del rey Juan Carlos. La Argentina había conseguido el traslado de la segunda papelera hacia la zona de Colonia, al sur del río Uruguay, en diciembre del año pasado, tras una negociación con la española ENCE, vía el gobierno del socialista Rodríguez Zapatero. El anuncio se hizo en Buenos Aires, en la Casa Rosada, y con la presencia del presidente de ENCE, José Luis Arregui. La importancia de ese anuncio en medio del conflicto fue directamente proporcional al malestar que causó en Uruguay.
No pasará lo mismo con Botnia. Y el Gobierno no lo desconoce. Aunque cabe la remota posibilidad de que La Haya demande su traslado -el Tribunal advirtió a Montevideo que podría ser una de sus facultades- se descuenta que, tras la relocalización de ENCE, el impacto ambiental sobre la zona será sustancialmente menor. Dicho más claro: una planta no es igual a dos.
Botnia está en condiciones de arrancar. Pero fuentes calificadas del gobierno uruguayo admitieron la semana pasada en Madrid, durante la visita del presidente Tabaré Vázquez, que no será puesta en marcha sino hasta después de las elecciones del 28 de octubre, una aspiración del Gobierno.
Uruguay todavía le debe a Botnia su autorización formal para que comience a producir. La sensibilidad uruguaya ante las elecciones argentinas ha encontrado de dónde tomarse: los recientes escapes tóxicos en la planta y las fisuras en una de las piletas de filtración demorarán el permiso.

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