Papeleras: el triunfo de la desmesura

Algo más de un mes atrás, en este mismo sitio, publicábamos una primera nota en la que se daba cuenta de «La guerra mediática por las papeleras». Allí, parafraseando a Von Clausewitz decíamos que al parecer «los medios son la continuación de la política por otros medios» y que «la instalación de las papeleras sobre el río Uruguay, ha generado una sorda lucha en la que los medios de comunicación, sobre todo los digitales, guerrean como la punta de lanza de los ejércitos de sus respectivos países». Ahora, confirmando esa sensación, un diario digital fraybentino echó mano a un recurso tan inconducente como grosero: un «fuck you» a Busti, agraviante y llamativo, sobre todo en un medio que se reivindica periodístico.

En efecto, el sitio web de la ciudad de Fray Bentos La Fraybentina Digital (www.lafraybentina.com) publica en su portada un curioso saludo navideño (que se reproduce aquí) bajo el título: «Busti: Feliz Navidad y el 2006 con dos ‘platos’ de celulosa». En el rudimentario fotomontaje, como se puede apreciar, una mano realiza el conocido signo de ‘fuck you’ con una torre correspondiente a la construcción de una de las plantas que se alza en la ribera oriental del río Uruguay.
En ese mismo sitio digital, se citan absolutamente todas las notas ‘disidentes’ respecto de la sobreactuada posición del gobierno entrerriano, entre ellas varias publicadas en las páginas del semanario El Miércoles o de este sitio, así como columnas de opinión de Tirso Fiorotto, de este cronista o del director de Los Principios On Line y ex delegado argentino en la CARU, José Antonio Artusi. Del mismo modo se le da amplia cobertura a las presentaciones de Botnia, Ence y sus voceros, así como a las posiciones hechas públicas por los gobiernos provinciales de Corrientes y Misiones acerca del tema.

Todo esto enmarcado en lo que señalábamos un mes atrás: medios supuestamente periodísticos que se transforman en defensores de las políticas impulsadas por sus gobiernos sin pasar por el tamiz buena parte de las líneas de trabajo que se les imponen. Así, acríticamente, en La Fraybentina no se menciona una palabra de los antecedentes, por ejemplo, de Ence en España. Y al contrario, se defiende la instalación a ultranza, sin siquiera considerar la posibilidad de admitir que el río Uruguay pertenece a ambos países y que tal vez, podría haber sido un error del gobierno neoliberal y olvidable de Battlle el haber avanzado en la construcción infringiendo el Tratado del Río Uruguay, más allá de los vaivenes de la posición argentina y de los acuerdos verbales a los que se arribó luego (aún negados por Jorge Busti).
En las penosas notas de la versión digital de este medio -la única a la que podemos acceder desde aquí- se reitera lo que ya señalábamos en aquella columna de opinión que mencionamos al comienzo: la sospecha y el prejuicio como criterio común para ambas orillas, cual es la existencia de «incentivos» que motivan la posición de cada uno.

Una catarata de desmesura, que concluye con este párrafo: «(…) En su provincia (Entre Ríos, claro) no hay democracia en cuanto a la información sobre las plantas de Ence y de Botnia, porque la mayor parte de los medios de prensa y sus dueños están en contra de las mismas, para congraciarse con Busti que es el que permite con la publicidad de Entre Ríos la subsistencia de esos medios. ¡Qué triste debe ser para un poblador de Entre Ríos, reconocer que en su provincia, sus medios de comunicación están flechados para una sola cancha! Esos medios de prensa, esos periodistas no ha aprendido nada de tantos años de dictadura, de persecución, de detenidos, de desaparecidos».
«Cree el ladrón que todos son de su condición», dice el adagio peninsular. El mediocre comentario, publicado en un sitio publicitado por Botnia y Ence, precisamente, ratifica la tesis central de aquella nota: para la mayoría de los medios entrerrianos, la única razón por la que los diarios fraybentinos respaldan casi incondicionalmente a las papeleras, es porque todos ellos reciben publicidad de las empresas papeleras. Con idéntica lógica, para los orientales todos los medios entrerrianos están pagos por el gobierno de Busti. Y aunque -evidentemente- cada uno tenga parte de verdad, el rasero utilizado sólo habla mal de sí mismos. De todos. (Como decía Carlos Vecchio, años atrás: «Los medios nunca están en el medio»).

Esa es la concepción que subyace en todos, por estos días de desmesura. Colegas periodistas de Gualeguaychú, inteligentes y formados, que comparan Botnia con Hitler y Finlandia con la Alemania nazi, sin caer en la cuenta de la desmesura que alientan. Varios medios de esa ciudad aceptaron la invitación de la empresa Botnia para viajar a Finlandia y ver con sus propios ojos cómo funcionan las cosas por allá. Para otros, tan sólo esa aceptación es ya una traición.
Hay quienes descreen del mismo viaje, porque «les van a mostrar lo que ellos quieran, les van a preparar un escenario del que no podrán apartarse», como si tal cosa fuera posible en tiempos como los que corren. ¿O acaso no fue Daniel Van Der Beken a Pontevedra un par de años atrás y registró todos los testimonios sobre el tema?

Este cronista le planteó en una charla amistosa a un propietario de un medio de Gualeguaychú que aceptó la invitación: Si el periodista que enviás, de tu extrema confianza, vuelve diciendo que en efecto las plantas no contaminan… ¿Quién le creerá? Dudando, contestó: «Yo. Yo le voy a creer». Tal vez, pero nadie más. Todo el resto dirá que «lo compraron los finlandeses». Porque eso es lo que la desmesura instaló en todos estos tiempos. Empezando, claro, por el propio gobernador, quien no trepidó en insinuarlo respecto de todos los periodistas que se atrevieron a difundir que en 1996 hubo un proyecto para instalar plantas en la zona.
Aquel que, como el intendente de Colón algún tiempo atrás, exprese que la instalación es inevitable, y que debe concentrarse el esfuerzo en evitar que contaminen, «está sobornado por las papeleras». Y a la inversa: cualquiera que se oponga, es un vil mercenario del Gobierno entrerriano. Así estamos.
Es de esperar que la participación de algunas figuras de la talla de Adolfo Pérez Esquivel -quien en estos días se reunió con el vicegobernador y se ofreció a «mediar», si cabe la palabra- logre echar algo de racionalidad al tema, y que se encuentre la contraparte para ello «del otro lado del río». Mientras tanto, sería bueno que irresponsabilidades como este montaje de La Fraybentina fueran retiradas de la web. Sería todo un detalle de su parte, entender que no están burlándose de un gobernador sino de miles de entrerrianos.

Entradas relacionadas