El asambleísta dejó sentado que son “moderadas” las expectativas que mantienen sobre el cónclave que el gobierno argentino y uruguayo mantendrán en Nueva York. Asimismo, reiteró que Gualeguaychú “se construyó hace mucho tiempo y no queremos convivir con una industria contaminante”. En ese marco, expresó que “a nosotros no debe preocuparnos el costo de la relocalización pues nuestro reclamo comenzó antes de que se pusiera el primer ladrillo de la empresa”. Además, acotó que “el Tratado del Río Uruguay fue violado y eso no se arregla”. Acto seguido, el asambleísta imaginó cómo sería una hipotética reacción del pueblo de Gualeguaychú en caso de que Botnia comience a funcionar e indicó que “puede ser un día de mucha furia, en donde ni la asamblea podrá contener a la gente, pues sería un golpe muy fuerte”. En tal sentido, describió la situación destacando que “el corte de cinta inaugural de Botnia será tomado como una declaración de guerra del gobierno uruguayo”. También, cuestionó las malas interpretaciones de sus dichos en la última entrevista que le realizó el diario Perfil y reiteró que “nunca mencionamos la posibilidad de hacer explotar la pastera”. Asimismo, aclaró que “nuestro miedo es que algún ciudadano quiera hacer justicia por mano propia y cometa un ilícito”.
Por otra parte, volvió a referirse al encuentro que este martes los mandatarios de Uruguay y Argentina mantendrán en Nueva York y manifestó que los representantes del gobierno no tomaron contacto con la asamblea. En ese marco, señaló que la postura de los asambleístas es la de la relocalización de la planta pues, “es lo único que tenemos para negociar”.
Sobre la polémica instalación de la planta Kemira aclaró que aunque esa industria no es anexa a Botnia, “el tema debió abordarse de otra manera y habría que esperar a que se solucione el conflicto para tomar una decisión”.
Fuente: Análisis Digital