Unos minutos después de las 15 comenzó el acto central sobre el Puente Internacional General San Martín, que une a Gualeguaychú con la localidad uruguaya de Fray Bentos.
Tras la entonación del himno argentino y uruguayo, se leyó un duro documento en el que se destacó que hoy se conmemora “un nuevo aniversario, repitiendo el encuentro de los pueblos en el puente”.
“Hoy, con el mismo clamor expresado en el año 2003, cuando Botnia todavía no había colocado el primer ladrillo, reiteramos que no queremos plantas de celulosa en el río Uruguay, y repetimos la misma denuncia: la construcción fue autorizada por permisos que no cumplen con procesos legales mínimos”.
“Botnia es ilegal y no tiene ni tendrá la licencia social de estos pueblos, y hoy se desentiende de la responsabilidad social y política que tiene en este conflicto”, se expresó a través del documento leído ante alrededor de 150 mil personas que se congregaron por tercera vez sobre el Puente Internacional.
“Encarnamos con nuestros actos las palabras de un grande, el general José Gervasio Artigas, quien dijo: ‘No entregaré el rico patrimonio de los orientales al vil precio de la necesidad”, se leyó luego.
“Exigimos que Botnia y Finlandia se retiren de la cuenca del Río Uruguay, ya que están agrediendo un recurso compartido”, se señaló en el documento.
“Botnia hoy es parte de un camino suicida de la sociedad de consumo que lleva al planeta hacia el calentamiento global. No se pueden sobreponer derechos económicos. El dinero invertido por la empresa está lejos de toda comparación razonable frente a las 300 mil vidas humanas que habitan la región”, se manifestó.
“Estamos convencidos que el cuidado del medio ambiente, el desarrollo sustentable y los derechos humanos son responsabilidad ineludible de nuestros gobernantes”, se leyó luego, y se agregó: “Responsabilizamos al gobierno uruguayo por permitir que estas empresas avancen en sus proyectos”.
“Por el derecho que nos asiste, por la obligación ante nuestros hijos y las generaciones futuras, por el respeto a los habitantes originarios chaná y charrúa, para quienes la tierra y la naturaleza son sagradas, decimos: no a las papeleras, sí a la vida. Cinco años de reclamo a los gobiernos argentino y uruguayo sin que den una solución. Honramos la vida y cada vez somos más”, culminó el documento.
Encuentro ecuménico
Antes del acto central se realizó un encuentro ecuménico. La ceremonia religiosa, de la que también participaron uruguayos que se oponen a la construcción de la papelera española ENCE en la localidad Conchilla del país vecino, fue oficiada por el obispo de la Iglesia Católica de Gualeguaychú, monseñor Jorge Lozano, y pastores de las Iglesias Luterana y Evangélica del Río de la Plata.
La caravana
La jornada había comenzado bien temprano. A las 8, la Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú levantó el corte de ruta; y un rato después comenzaron a salir los micros desde el corsódromo para recorrer los 45 kilómetros hasta el puente.
Entonces vehículos particulares, combis, ómnibus y camiones con banderas argentinas partieron del centro de Gualeguaychú hacia el puente.
A lo largo de la ruta 136, que lleva al puente binacional General San Martín, medio centenar de baños químicos, puestos de bebidas y altoparlantes de largo alcance acompañaron a los vehículos con banderas argentinas que se movilizaron para realizar un abrazo simbólico al río Uruguay.
Se trata de una de las modalidades que vienen aplicando los asambleístas junto con las caravanas náuticas y la protesta en las tres rutas que llevan a los pasos binacionales para rechazar el emprendimiento de la empresa finlandesa Botnia en Fray Bentos, por considerar que contaminará el río Uruguay.
Cabe destacar que por la mañana, la actividad se inició con un toque emotivo cuando José Paz, un hombre de 94 años, y un grupo de niños izaron por primera vez la bandera que identifica a la Asociación Ambientalista de Gualeguaychú en el mástil levantado en Arroyo Verde.
En sus casi tres metros por cinco, la bandera tiene un fondo blanco, en señal de pureza, y sobre el mismo puede verse un hornero y una flor de ceibo, pájaro y árbol nacionales, y un contorno verde referido a la frondosa vegetación de la zona que se busca preservar, según explicó Paz, creador de la insignia.