Para uno de los ambientalistas, Jorge Fritzler, no existe posibilidad de negociar nada si la empresa Botnia no se relocaliza fuera de la cuenca del río Uruguay “queremos que se respete el tratado del río Uruguay”, dijo.
A su vez, Alfredo De Angelis, otro asambleísta y en referencia a la propuesta que traería el “facilitador” español para aminorar el impacto ambiental de la pastera, que incluye una extensa tubería para desviar varios kilómetros sus desechos industriales y una isla artificial frente al clásico balneario Ñandubaysal, respondió. “eso es como querer tapar el sol con las manos”.