Como se recordará, días pasados el gobernador Urribarri respondió al anunciado corte “de todos los pasos de frontera con el Uruguay en protesta por la pastera Botnia UPM”. Al menos “en Concordia y Colón, no lo vamos a permitir», dijo taxativo Urribarri quien además agregó que les seguirá pidiendo que levanten el corte en la ruta 136 que ya lleva varios años. La respuesta no se hizo esperar demasiado, no dejaron pasar más de un día para salirle al cruce.
Fue anoche, momento en el que redoblaron la apuesta y adelantaron el corte de la Ruta 14 hasta el ya casi mítico kilómetro 53, justo donde tuvo lugar el piquete agrario de la abundancia sojera, protagonizado por Alfredo De Angeli que milita en ambos lados.
Al parecer y al menos por ahora, parece lejana, muy lejana la propuesta del tribunal de La Haya de solucionar el conflicto apostando a “la necesidad de cooperar en base al principio de buena fe”.
Ni los sonidos del bicentenario en cuanto a la cada vez más clara vocación de unidad de los pueblos latinoamericanos, ni la clara actitud conciliadora del nuevo presidente uruguayo, ni los persistentes llamados a negociar medidas intermedias, ni mucho menos las voces cada vez más ruidosas contra el corte, parecen hacer mella en los sectores más confrontativos de la asamblea.
Anoche, además de cortar la ruta hasta propusieron establecer contacto con Elisa Carrió, lo que presagia más confrontación.
En tanto y luego de la presentación en el juzgado Federal de C. del Uruguay, efectuada por un nutrido grupo de vecinos (más de 70) de Gualeguaychú, exigiendo que se respete su derecho a transitar libremente por la ruta 136, ni la fiscal Milagros Squivo, ni el juez Gustavo Pimentel han dado señales. No es de extrañar si se piensa en que la C. del Uruguay parece ser una justicia sin mucho apuro. Tampoco se ha expedido aún en un tema de alto impacto como es, la quema de archivos de tiempos de la dictadura en la policía departamental Concordia.