En un balance del año 2005, el concejal Gerardo Paoli (UCR) se mostró conforme por el trabajo del bloque opositor al que pertenece, pero manifestó su preocupación por los gastos ociosos en el municipio, abultados por el importante monto en horas extras, publicidad, pagos por resoluciones y subsidios que se terminan ejecutando en el presupuesto municipal. “Hemos detectado que hay subsidios periódicos, que se transforman en sueldos encubiertos”, dijo y los consideró como “gastos improductivos y superfluos”.
Por otro lado consideró a la gestión de Manuel Abreu “sin rumbo”, a la que le faltan proyectos de largo plazo y que se encontró con el cargo y la obligación de gobernar, “pero sin ningún tipo de planificación, eso ha quedado demostrado en estos dos años de gobierno”, cuestionó el edil para quien en la municipalidad se improvisa permanentemente, “basta ir a los presupuestos, a las reiteradas modificaciones para ver que se viene gobernando el día a día y a los ponchazos, como se puede, dándole poca prioridad a las necesidades de la gente”.
Fue en ese momento cuando sostuvo también que esta administración se caracteriza por el gran despilfarro del dinero público, pese a que éste es un municipio con ingresos extraordinarios, “en coparticipación nacional se recibe casi tres veces más que en 2003, un ingreso extraordinario en termas y sinceramente no vemos en qué se gasta ese dinero”, manifestó Paoli en una somera evaluación del presupuesto, del que también se desprende, según él, una ausencia en políticas de deportes, de cultura y en obra pública.