En la planta baja del edificio ubicado en Urquiza y Tucumán hay tres filas de asientos delante de siete mesas de atención a los afiliados. De ahora en más, los afiliados deben realizar en esas mesas todos los trámites. El director recalcó la importancia dado que se acorta el tiempo que pasan en la sede.
El mayor espacio y la cantidad de sillas disponibles contrastan con las hasta hace poco habituales filas de jubilados parados en un espacio reducido esperando a ser atendidos. “Había muchos jubilados que se quedaban parados; horas de espera; cierto grado de desgano. Ahora ha cambiado 100 por 100. Nosotros vemos que a las 10 de la mañana prácticamente que no hay nadie. Hay sillones y diarios porque nos interesa mucho que haya una integración de nuestros afiliados, que conversen de diversas cosas como los programas sociales, las caminatas, las colonias de vacaciones”, señaló.
Nuñez aseguró que desde hace bastantes meses que vienen trabajando en la capacitación de los trabajadores y en la implantación de la informática del nuevo sistema. Además se debieron poner a punto las oficinas de la sede, adquirir muebles nuevos y capacitar los empleados de la parte operativa.
Los afiliados de la obra social concurren al Pami mayormente para solicitar medicamentos, muchos de ellos gratuitos, elementos como pañales o para realizar trámites para obtener algún subsidio. Todos se canalizan a través de la MOEIT excepto si se requiere la atención de una asistente social aunque también allí se les informa que pasos deben seguir en esos casos. En el nuevo sistema trabajan profesionales junto con empleados con cierto grado de antigüedad, guiados por dos coordinadores.