La relación entre el organismo y las corporaciones médicas se dificultó a principios de mes cuando el IPSER resolvió cortar, durante una semana y en forma total, las prestaciones. El IPSER estaba disconforme con los débitos que aplicó el PAMI y que le significaron, a lo largo del 2004, una merma en sus ingresos del orden de los tres millones de pesos.
Disconforme con la determinación del IPSER, el PAMI resolvió a principios de esta semana rescindir el convenio prestacional, pero obligó a las clínicas a mantener la atención durante al menos 30 días. Lejos de acatar esa imposición, los sanatorios resolvieron cortar toda relación y no atender más afiliados a la obra social.
Frente a ese escenario, Ocaña resolvió demandar a las clínicas, y a la vez anunció que la obra social iniciará conversaciones en forma individual con prestadores privados de modo de retomar en el menor tiempo posible la atención a los pasivos.