El peritaje sobre los bienes de Yedro fueron realizados en mayo de 2000. En ese momento, Escales determinó que la capacidad de ahorro del matrimonio fue de $ 109.000. “Entre todo lo que pudo determinar que tuvo de ingresos ese matrimonio y lo que consumieron para vivir, la diferencia fue el ahorro. A ese ahorro, lo confronto con un patrimonio y digo: ‘acá hay una incongruencia, esto no da’. Con $ 100.000 no se puede haber tenido un patrimonio de casi $ 1.000.000”.
Escales sostuvo que el crecimiento patrimonial de Yedro se incrementó en los últimos años, “cuando tuvo participación en la sociedad (Del Rubio y Hunmendi) pero el ahorro lo vino haciendo desde el 87, cuando comenzó con su actividad de senador, todo el período bajo análisis fue ahorrando $ 109.000”. El perito aclaró que hizo una estimación, porque “no hay norma que obligue a un funcionario público a guardar los comprobantes de gastos personales”.
La jueza Rojas le preguntó como podría haber hecho el ex-legislador para incrementar ese ahorro. “Eso ya no lo podemos determinar, ya sería hacer presunciones que no me corresponden”, respondió.
La defensa cuestionó la tasación
La defensa de Yedro, ante el peso de las afirmaciones del perito, intentó buscar la forma de reducir el $ 1.000.000 de patrimonio. Por lo tanto, Jorge Romero preguntó si el perito había tomado en cuenta los créditos que había contraído el imputado. Escales aseguró que las tuvo en cuenta, y fue gráfico en la respuesta: “por ejemplo, si hubiese tenido 10 camiones de $ 100.000 cada uno; tendría $ 1.000.000 de patrimonio. Pero, si tuviese $ 500.000 de deuda, el patrimonio hubiese sido de $ 500.000”.
La otra estrategia pergeñada por el abogado defensor para desinflar el patrimonio de Yedro fue hacerle ver al perito que el cálculo que había realizado estaba equivocado porque no había tomado en cuenta el valor de las distintas propiedades consignados en las escrituras; en cambio se había basado en el precio de mercado cotizado por las valuaciones a mayo de 2000 aportadas por el tasador Ubaldo Subirá.
Escales le explicó la metodología de su trabajo. “Tenemos que demostrar a este momento, al momento en que se nos pide la ‘foto’ de la situación patrimonial, el valor de mercado. Ahora, si usted me dice que todo lo compró subvaluado, se lo regalaron, es una cuestión que ya no entro a considerarla”.
La casa quinta de Puerto Yerúa fue valuada en U$S 79.000 por el perito; Yedro aseguró en su declaración del lunes que la compró en 43.500 australes. Otro ejemplo fue la casa de calle San Martín al 200: Yedro aseguró que la adquirió en 180.000 australes; en cambio la pericia determinó que vale U$S 147.000.
En otra de las propiedades adquiridas por el ex-senador, un lote de 16 has. en Puerto Yerúa, hubo diferencias entre el precio de compra y los valores incluidos en las pericias. Yedro aseguró haberlo adquirido a $ 8.000 porque estaba “totalmente talado, le vendieron la tierra”, dijo Romero. En cambio, el tasador situó el valor de la tierra en $ 15.000. El perito volvió a defender la pericia. “Le aclaro algo -dijo Escales- el perito tasador Subirá practica la tasación del inmueble sin la madera”.
“La Lancha Bermuda Caribbean modelo 1981 es valuada en $ 20.000. La compra, de acuerdo a lo que tiene Prefectura, fue de $ 5.000. Mientras que una lancha 0 km. que vino a suplantar a ese modelo valía $ 17.000 en la época del uno a uno”, indicó Romero.
Escales nuevamente defendió su pericia. “¿Usted vio lo que yo puse en la nota? Yo se lo leo: ‘los importes consignados en este rubro fueron extraídos de las manifestación de bienes que los señores Yedro presentaron al banco Francés sucursal Concordia’. Si usted quiere decir que yo sobrevalué algo, entonces quiere decir que el señor Yedro y la señora Torres también lo sobrevaluaron cuando lo presentaron al banco”, le respondió.
Ya para ese entonces, la presidenta del Tribunal, Mariela Rojas, había objetado la intervención de Romero, quien más que preguntar dialogaba con el perito intentando hacerle reveer su valuación. Escales no sólo defendió su trabajo sino que valoró la labor de la inmobiliaria que hizo el trabajo. “En este caso fue una inmobiliaria de la zona la que la cotizó, lo mismo que los campos, nosotros tomamos ese valor”.
Escales le concedió a Romero que si no estaba de acuerdo con la metodología del trabajo, podía impugnarla. Pero luego señaló: “le acepto el cuestionamiento pero no soy yo quien va a resolver sobre si la metodología es errada o no. El tribunal tendrá que evaluar si hemos sobrevaluado o no. Para mí, no”.
Ingresos fraguados
Romero también le preguntó porqué un contrato de mutuo (préstamo de dinero) firmado por Yedro y Alberto “Quito” Matzkin fue desestimado porque no había certificación de firmas. “Considero que no tiene la validez suficiente que me pueda acreditar o una justificación algo que muestre que ese papel es genuino”, expresó.
También corrió la misma suerte una nota hecha con una máquina de escribir llamada Antonio donde le hace saber que le envía U$S 11.000 en honorarios a Yedro y el pacto de “cuota litis” del caso “Moledo Raúl c/ Superior Gobierno de la Provincia”. En éste último caso porque no se aprecian las actuaciones de Yedro durante la tramitación del juicio, según Escales. Además, el perito ratificó que fundamentó por escrito cada desestimación.
Último testigo
El empresario Alberto “Quito” Matzkin también se presentó esta mañana ante el Tribunal. Allí ratificó que percibió un préstamo de dinero de parte de Yedro en 1992. “Recuerdo que se le pagaron los intereses, que habían capitalizado. Se lo devolví en tres o cuatro años”. En cambio, no se presentaron ni Antonio Carabbio, un abogado de San Isidro; ni Eduardo Antonio Carluccio Sarriza, gerente de una sucursal uruguaya del Banco Galicia. Con el testimonio de Matzkin finalizó el debate y mañana será el turno de los alegatos.