Aunque el juicio en la Corte de La Haya corresponde a una denuncia de la administración Kirchner por eventual violación al tratado del río compartido, el estudio ambiental independiente permite a las autoridades ambientales responder que los hechos han confirmado los pronósticos sobre no contaminación.
El reporte es el tercero de los cuatro contratados a la consultora canadienses «EcoMetrix Incorporated» y el cliente del informe es la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial (IFC, según su sigla en inglés).
El resultado del estudio generó tranquilidad en la sede de Botnia que en los últimos tiempos se vio sacudida por la repercusión que tuvieron algunos episodios en su planta o en el entorno de la misma y que desde Gualeguaychú fueron utilizados como argumentos contra la fábrica. En ese contexto se inscriben la concentración de algas en el río que generó una mancha en las aguas o la explosión de una cañería durante un proceso de revisión de procedimientos, que se sintió de lejos y desprendió gases olorosos.
Aunque las autoridades uruguayas han transmitido calma a la población sobre los controles que se hacen en Botnia, la campaña de militantes entrerrianos sobre contaminación a largo plazo, muchas veces genera dudas en uruguayos que viven cerca de la fábrica.
La realidad y los medios
En los hechos, algunas sanciones que el gobierno ha puesto a empresas locales que incurrieron en problemas ambientales, no tiene el mismo trascendido que logran versiones lanzadas de Gualeguaychú en base a rumores.
Por eso, el reporte técnico de EcoMetrix fue recibido con satisfacción en autoridades y también en la empresa, ya que descarta contaminación mediante efluentes, afectación del aire o de las aguas del río Uruguay.
El informe concluye que la calidad del agua del Río Uruguay es «de alta calidad» y que los indicadores arrojan datos que superan holgadamente las exigencias fijadas por Uruguay y por la comisión binacional del río.
«Una comparación de los datos de seguimiento antes y después de la puesta en marcha de la planta muestra que la calidad del agua del Río Uruguay no ha cambiado como resultado de la fábrica», se indica en el reporte.
Además, se indica que «la calidad del agua entre la planta y Fray Bentos es comparable» a la de zonas del norte del río, «más allá de la influencia de la fábrica». Por eso sostiene que «la fábrica no afecta a la calidad del agua en el Río Uruguay».
Respecto a las emisiones a la atmósfera de la fábrica, afirma que «se han mantenido dentro de los límites admisibles de permiso especificado» y que incluso «son muy inferiores a los esperados»
Fuente: La Nación