Otra estrella amarilla en el asfalto

“Es simplemente para recordar porque otra cosa ya no hay para hacer no más que recordarle”, dijo Marcia Bonfiglio, la hermana. “Es una enseñanza para que la gente aprenda; para que le tenga respeto a la calle; a las motos”, señaló.
Con lágrimas entre los ojos y un hilo de voz, su hermana lo recordó como un “sol”. Y aseguró que se dijeron “muchas cosas feas” luego del accidente de Ismael. “Era carnicero, trabajaba de lunes a lunes; era un chico sano; no tomaba, no fumaba. Imaginate que tenía 19 años y ya tenía su segunda moto”, recordó. Marcia aseguró que trabajaba desde los 13 años. “Todo lo que tenía, lo tenía porque laburaba”, agregó. «Lamentablemente la muerte lo encontró acá, a cinco cuadras de mi casa”, dijo.
Del accidente en sí, quedan en el aire muchos interrogantes. Marcia dijo que hay una versión acerca de que venía corriendo una picada. “Pero la segunda moto nunca se encontró”, señaló. Otra versión da cuenta de que no estaba el banderillero que debe avisar a los automovilistas las proximidades de un tren. Ismael impactó de lleno porque no vio la locomotora o no atinó a frenar. “Lo que me parece raro porque si estaba el banderillero no tendría que haber pasado porque tienen conos, tienen balizas”, dijo la hermana.
En el paso a nivel hay barreras pero se colocaron en forma posterior al accidente. Marcia dijo que tampoco funcionaban las luces ni las campanillas sonoras que advierten sobre la llegada del tren. “Ahora hay barreras pero no se usan, no funcionan. Fueron los primeros meses como para complacernos. Las barreras no sirven para nada porque no andan”, dijo.
No obstante, un vecino que tiene un kiosco a 20 metros del paso a nivel, sobre San Lorenzo, aseguró que las barreras funcionan. Y aclaró que siempre viene un banderillero cuando cruza el tren. En el paso a nivel no suelen cruzar muchas formaciones diariamente. Una, a veces ninguna, a veces dos pero nunca de día, siempre de noche o de madrugada. Justamente, en esas horas de oscuridad tuvo lugar el accidente.
Por su parte, Sanabria recordó que con la de hoy ya se van pintando seis estrellas en Concordia. La primera fue la de su hijo, Alejandro “Chilo” Camargo en Eva Perón y Chabrillón y luego le siguieron en la ex ruta 4, Leonardo Martínez, en ex ruta 4 y Nogoyá, Nahuel Almirón, en Bernardo de Irigoyen y 25 de Mayo, Jorge Fogel, y nuevamente en la ex ruta 4, la docente Viviana Alvez.
“Creo que lo que nos debemos como sociedad es sincerarnos nosotros mismos. Que las autoridades no crean que porque están allá arriba no pueden escuchar a los familiares”, manifestó Sanabria. En tal sentido, recordó que convocaron al director departamental de Escuelas, Saúl Dri, para colaborar en tareas de concientización de tránsito en las escuelas como en otras ciudades. “Nunca nos atendió”, dijo la mujer.
“Si no nos concientizamos entre todos de que el tránsito es una cuestión de conciencia, no lo vamos a lograr. Día a día van a seguir matando a nuestros hijos, nuestros familiares y para colmo la carátula es homicidio culposo. O sea que los asesinos no van presos, quedan sueltos como que si nunca hicieron nada. Y siguen manejando”, acotó en referencia a Jorge Fernando Sánchez, el conductor del auto que atropelló a Camargo. “La Justicia y quienes tienen que hacer de contralor miran para otro lado”, añadió Sanabria.

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