Ayer participé con emoción de la segunda marcha del orgullo LGTB IQ+ en la ciudad de Concordia. Al igual que la primera respiré libertad, hondas bocanadas de alegría, abracé, en entrañables compañeres, la fiesta de la infinita, inacabable, magnífica, admirable diversidad. Esa que nos constituye como seres humanos. Singularidad en lo colectivo, diversidad en la comunidad, fiesta, danza, alegría, libertad, amor. Ese orgullo de afirmar con dignidad el ser que se es, que emerge y se erige como un signo portentoso. Como reacción política de lucha y resistencia a la vergüenza, pretensión vana del Poder. Porque el amor no es solo fiesta, es además disputa, reivindicación. Aquellas que con coraje, hunde sus raíces, al menos en la historia reciente, en la revuelta de stonewall, reacción heroica a la violencia y la represión policial discriminatoria. Valentía surgida del agotamiento y del rechazo a las injustas redadas ejecutadas por las fuerzas del “Orden”, un orden tramado por los hilos del Poder hétero-normativo. Por un putrefacto capitalismo machista y patriarcal, por las leyes discriminatorias del Estado, por la violencia policial, por una Iglesia expulsora y maldita que, cobarde, no se ha animado a arrojar la primera piedra.
Un Poder que también extendió sus tentáculos “normalizadores” a siniestras formas de la Psiquiatría y de cierta Psicología que consintieron complacientes, consignar la homosexualidad como una Enfermedad mental e inventaron perversos métodos de “Tratamiento” de conversión.
Contra ese Poder, ese vasto poder, levantaron sus voces, sus cuerpos, sus luchas. En Argentina la primera marcha del orgullo fue con máscaras. Era 1992 y el miedo a perder el trabajo o a las razias impusieron cautela.
Esta epopeya tiene como antecedente al Frente de Liberación Homosexual, en las décadas del 60 y 70 con grandes figuras como Néstor Perlongher y Manuel Puig, entre otros. Nació en un contexto como la campaña de Moralidad lanzada por la policía Federal de entonces. Con ella se daba vía libre a las fuerzas para reprimir y oprimir cualquier manifestación sexual. No sólo denunciaban a las fuerzas represivas del Estado sino también a sus instituciones, como la psiquiátrica que patologizaba las sexualidades que no se ajustaba a la heteronorma. De esta manera cuestionó fuertemente al capitalismo y a las imposiciones por género.
Es interesante que la lógica del frente excediera los reclamos propios y abrazara toda lucha popular contra el sistema opresor. Esa lógica de unidad de los oprimidos y condenados de la tierra reapareció de un modo fugaz en la crisis de 2001 que encontró a la Comunidad LGTBIQ+ apretados estrechamente con los desocupados, los trabajadores explotados, los pequeños ahorristas saqueados por los bancos. Fue el ilusorio momento en que la conciencia de unidad de la clase oprimida se sintetizaba en la consigna “piquete y cacerola, la lucha es una sola”.
Ayer, entre danzas y felices colores y movimientos, soñé la presencia allí de las manos lastimadas de los cosecheros, de los trabajadores explotados, de los trabajadores desocupados vomitados y excluidos de nuestra ciudad que tendrían que avergonzarnos e indignarnos. No es imposible. Como dijo el gran Federico de la poesía, en ella “lo imposible se ha hecho posible”.
Y tal vez esa sentencia quepa a la valiente lucha de la comunidad LGTBIQ+. Haber hecho esperanza de la poesía. Enormes logros como la conquista de la ley del matrimonio igualitario, la ley de identidad de género y la ley de cupo laboral travesti trans, han traducido su fuerza.
En esta oportunidad los reclamos se centraron en tres ejes: “ley integral trans”, “Ley Antidiscriminatoria” y “¡SÍ al lenguaje inclusivo!”, ante la prohibición del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires de su uso en los establecimientos educativos.
Sin ocultamientos, sin miedos, sin vergüenzas, con orgullo contra los travesticidios, transfemicidios, una E.S.I no binaria y derechos para todos. Por Tehuel de la Torre, el joven trans desaparecido desde marzo de 2021, en San Vicente, Provincia de Buenos Aires.
Ayer las calles de Concordia se vistieron de fiesta y de lucha, de alegría y reivindicación, de cuerpos brillantes y bellísimos colores, de un maravilloso sueño de un mundo de la diversidad, en el que quepamos todos, de un mundo ganado por los mejores ideales humanos. Ese que todavía hay que conquistar.
CINE/DEBATE SOBRE LA DIVERSIDAD, EL BULLYNG Y EL SUICIDIO
En este marco, para habilitar y compartir intercambios, debates, encuentros para discutir sobre estas importantes temáticas, “Lazos en red” (red de voluntarios para la prevención del suicidio de Concordia) en conjunto con la biblioteca Julio Serebrinsky invita a toda la comunidad a participar de la proyección y posterior debate de la película “Joe Bell”. La cita es el jueves 17 de noviembre a las 19,45 horas en la” Biblio”, Urquiza 721, es una actividad libre, abierta y gratuita. Por los temas que la película dispara, nos parece especialmente significativa la invitación a docentes, padres, alumnos, es decir, a la comunidad educativa. ¡Los esperamos!
(*)Psicólogo. MP 243