Un alto funcionario del Poder Judicial confió ayer a este diario que, apenas apareció la noticia varios supremos se agarraban la cabeza, por la gravedad de los hechos y por las implicancias que podía tener. Aseguró que, los que no habían tenido nada que ver con el nombramiento no salían del asombro por el lío en el que se habían metido y por el hecho de confiar y levantar la mano, sin hacerse demasiadas preguntas frente a la sugerencia de uno de sus pares.
Como dato, vale destacar que, habitualmente, cada Sala del superior (son 3, laboral, civil y penal) tiene a su cargo sugerir los nombres de los funcionarios a nombrar. O sea, si es un juez civil, es la Sala Civil la que lo propone, el resto se limita a levantar la mano. Sin embargo y según nuestra información, no fueron los integrantes de la Sala Laboral quienes propusieron a Quevedo (pese a que allí tiene un pariente), sino, el Vocal Carubia integrante de la Sala Penal, esa es la razón por la que Urribarri, habría hablado con Carubia, luego de nuestra publicación.
Con la noticia en la calle y sin demasiada salida, a lo primero que habrían atinado es a “convencer” a “medios y periodistas amigos” de modo de evitar que la “exclusiva” de DIARIOJUNIO fuera tomada por esos medios, una vieja práctica bustista cada vez que algún tema lo salpicaba.
La segunda fue “enmendar el olvido” marcado en nuestro primer informe en cuanto a que en la página web del STJ no figuraba el nombre de Quevedo pese a que hacía ya casi un mes que había sido nombrado. Al otro día del informe, el STJ difunde y envía a todos los medios, las últimas movidas judiciales entre las que estaba el nombramiento de Quevedo. Pura casualidad.
Nuestra fuente aseguró también que los supremos descartan que Quevedo pueda pasar el engorroso trámite del Consejo de la Magistratura, de modo que, a lo que apuestan, es a que el tema se olvide y de ese modo, no tener que reconocer el error o, para decirlo en términos más exactos, no tener que explicar la liviandad para elegir funcionarios y que comienza a producir mucho ruido negativo en la sociedad, en especial en Concordia. Ya comenzó a circular la idea que la solución más simple sería la renuncia y el silencio.
Todas estas elucubraciones, que podrían ser razonables para esa lógica, comienzan a hacer agua sí, como aseguró Bonelli, los organismos de derechos humanos de Concordia concretan una movida de alcance nacional.