Orden de retirada para un holding frigorífico

El Consejo de Administración de BRF en Brasil enfrenta hace tiempo una crisis originada por múltiples escándalos de corrupción. A fines de marzo, varios ejecutivos fueron arrestados y la compañía tuvo bloqueadas sus ventas en la Unión Europea y Rusia. En ese contexto, el director financiero, Lorival Luz, anticipó que el holding se desharía de las unidades menos rentables y que retendrían Brasil.

BRF, dueña de las tradicionales marcas alimenticias Paty, Vienissima, Wilson, Hamond, Tres Cruces y Goodmark, a través de Quickfood. La compañía anunció entonces un plan de desinversión que incluía operaciones en Argentina, Europa y Tailandia, para enfocar sus transacciones en el mercado brasilero (de origen), asiático y musulmán. “Esos son mercados en los que la compañía ocupa una posición de liderazgo y tiene fuertes ventajas competitivas. El objetivo es mejorar la estructura de capital social reduciendo el apalancamiento de deuda”, había informado en una comunicación enviada a la Comisión Nacional de Valores (CNV). También habrá reducción de personal en Brasil, con el objetivo de ahorrar 5000 millones de reales.

En la Argentina la compañía maneja casi dos tercios del mercado de hamburguesas y alrededor de un tercio del mercado de salchichas, aunque la situación global y local comenzó a hacer mella en sus negocios. El año pasado el grupo perdió 434 millones de pesos en la Argentina debido al incremento de costos y “de contingencias de la compañía por causas civiles, judiciales, laborales y tributarias”. A comienzos de este año, a través de Quickfood, solicitó la apertura de un procedimiento preventivo de crisis y despidió a 180 empleados de las instalaciones en Baradero. La semana pasada se conoció que puso en venta sus activos en el país como parte de la reestructuración. Los dueños de la marca Paty piden 500 millones de dólares para vender la empresa, pero para el mercado la capitalización de la compañía estaría sobrevaluada.

Avex, la división avícola del Grupo, se suma al ajuste en un escenario complejo para la industria aviar ante la suba de costos, la informalidad y la falta de competitividad. La máxima preocupación del productor avícola es el costo de las materias primas, maíz y soja, sumada a la devaluación del peso. En este caso, el grupo pidió hace un mes y medio encuadrarse en el Procedimiento Preventivo de Crisis, que fue rechazado por el gremio. El mayor inconveniente es que por el momento no hay interesados concretos para la planta de Río Cuarto. Desde la compañía aseguran haber presentado toda la documentación correspondiente al ministerio que conduce Jorge Triaca y da por descontado el guiño oficial. De ser así, el gigante alimenticio tendrá el aval para avanzar con los despidos, suspensiones y distintas formas de precarización de las condiciones laborales.

Actualmente Avex faena alrededor de 32.000 aves por día, por lo que tiene operativo sólo un turno de trabajo y emplea en forma directa a más de 500 personas. La pretensión es despedir a 160 empleados, además de los 40 puestos a los que confirmó que no les renovará el contrato. Hasta el momento unos 50 trabajadores se habrían acogido al retiro voluntario ofrecido por la empresa el mes pasado. Desde el gremio llamaron a los trabajadores a tener “tranquilidad”, debido a que “ya sea por retiro voluntario o por despido, los empleados van a recibir el 100 por ciento del dinero que les corresponde”.

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