EN BRASIL VOLVIERON A PERDER LOS MEDIOS Y LOS DUEÑOS DEL DINERO
Desde antes del mundial de futbol, los grandes medios comenzaron a mostrar a una Dilma sitiada, incapaz de sobreponerse frente al poco tiempo que le quedaba de ahí a las elecciones que tuvieron su final ayer a las 17 hs. brasilera.
En ese momento los medios habían elegido a Marina Silva como la candidata que le iba a disputar el poder al PT y a Dilma que se proponía repetir el mandato.
A partir de allí, la Red O´Globo (el grupo mediático más poderoso de la región) el único que abarca más del 90 % del territorio brasilero, sumado a otros como Veja y las distintas encuestadoras, etc, hacían aparecer a Marina como imparable y ganándole por humillación a Dilma en el ballotage.
Esa era la operatoria del momento. Dilma rodeada por una situación social insostenible, paros y manifestaciones con violentos rompiendo vidrieras y asustando a la clase media y un próximo día de elecciones en que el PT iba a perder por el impulso de otra mujer, mestiza, no blanquita como Dilma, y luchadora, y de izquierda y comprometida con los pobres. O sea, un dechado de virtudes que terminó saliendo tercera lejos y apoyando a Neves en el ballotage, o sea, un fraude inventado por el poder.
Caída esa opción, comenzaron a mostrar al “hijo de papá”, como lo llamó Lula, Aécio Neves como la nueva esperanza brasilera.
Los medios, las encuestadoras y la bolsa, lo mostraban ganador por amplio margen. Todo fue así (y hay que tomar nota de como operan estos sectores), hasta que faltaban solo unos días para ir a las urnas.
La necesidad de no pasar vergüenza el día después y cuando el pueblo iba a tener la memoria fresca respecto de lo que había leído hacia apenas unos pocos días, comenzaron a alertar y decir que Dilma había revertido la situación y estaba unos puntos arriba de Nebes.
La información tenía dos objetivos, por un lado, obviar la vergüenza del día después y por otro, la necesidad de que los opositores a todo de allá vayan a votar desesperados para que el país no estalle si ganaba nuevamente el PT y Dilma. El paso siguiente era la bolsa brasilera, el Bovespa, que, ante el eventual triunfo de Dilma "bajaban las acciones estrepitosamente". Puro humo, como acá.
Es más la popular revista VEJA, en vez de salir el domingo como es habitual apareció el viernes, con una tapa infamante y un texto difamador que mostraba a Lula y Dilma como los políticos más corruptos del país.
Al final la realidad los volvió a golpear, alla y aquí, entonces el título preparando la nueva andanada fue “Ganó Dilma con un porcentaje menor al esperado”.
Parece chiste pero no lo es.
URUGUAY, EL PAISITO SORPRENDIO
También en el país vecino los medios, aunque quizá sin la virulencia brasilera o argentina, hacían creer que la situación del Frente Amplio era complicada.
Mostraban al hijo del rabioso neoliberal de los 90 Luís Lacalle como un candidato arrollador que le iba a hacer pasar un mal rato al Frente Amplio en general y a Tabaré Vazquez en particular.
No solo mostraban una segura segunda vuelta, en lo que casi todos coincidían, sino que el apoyo era de tal magnitud que peligraba la continuidad del Frente en el gobierno.
Al final, T Vázquez obtuvo más del 47 % de los votos, una cifra inesperada por casi todos los actores políticos de allá y de aquí. Era tal la avanzada mediática que hicieron creer algo que estaba lejos de la verdad.
Además, la derecha perdió el plebiscito para bajar la edad de imputabilidad.
A su vez, a cualquiera sorprende que con el 47 % de los votos y a una deferencia superior a los 10 puntos, un candidato no asuma directamente sin necesidad de ballotage como estipula la constitución uruguaya.