ONU apuesta al diálogo con los talibanes para evitar el colapso de la economía afgana

El diplomático portugués argumentó que es fundamental evitar que la economía del país asiático decaiga, pues esto no beneficiaría a nadie, y llamó a los líderes mundiales a encontrar «excepciones» a las sanciones impuestas por algunos Estados y por el propio Consejo de Seguridad, informó la agencia de noticias Europa Press.

Además, consideró imperativo «hallar formas, excepciones o mecanismos que permitan inyectar dinero a su economía para evitar que quiebre», aunque remarcó que este paso «no significa reconocer nada», sino que simplemente se trata de «buscar maneras de que lleguen flujos suficientes de recursos».

«Es urgente que encontremos formas de evitar una catástrofe para el pueblo de Afganistán que, además, causaría inestabilidad y favorecería a los grupos terroristas que operan ahí», advirtió.

En ese sentido, recordó que la ONU está allí desde el año 1947 llevando a cabo labores humanitarias «básicas» para aliviar las «condiciones desesperadas de la gente».

Además, dejó en claro que el organismo seguirá apoyando y promoviendo los derechos de las mujeres y los Derechos Humanos en general a lo largo y ancho del país.

Por último, al ser consultado sobre un posible cambio de mandato de la Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán (Unama), señaló que por el momento se debe dar tiempo a observar cómo se desarrollan los acontecimientos y evaluar cuál debe ser el papel de las Naciones Unidas en la nueva realidad del país.

«Una decisión así es prudente para tener una perspectiva más clara del futuro, que necesariamente tendrá que ser diferente», zanjó Guterres respecto al mandato actual de Unama, que deberá renovarse para la próxima semana.

En la primera quincena de agosto, los combatientes del movimiento talibán se hicieron con el control de buena parte de Afganistán y el día 15 entraron en Kabul y tomaron el palacio presidencial.

Casi tres semanas después dieron a conocer la composición del Gobierno provisional, que encabezará Mohammad Hassan Akhund, quien se desempeñó como canciller durante el primer Gobierno talibán y sobre el que pesan sanciones internacionales aprobadas por la ONU.

A diferencia su anterior Gobierno (1996-2001), varias personas -muchas de ellas mujeres- se animaron a salir a las calles a reclamar por sus derechos, unas protestas que fueron dispersadas por los talibanes.

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