El servicio meteorológico ya informó acerca de un alerta meteorológico para la Capital Federal, Buenos Aires, sur de Entre Ríos, Santa Fe y el Río de la Plata por probables tormentas fuertes. Se debe a una masa de aire caliente, húmedo e inestable da lugar a la formación de áreas de tormentas sobre el sur de santa fe, centro y sudeste de Buenos Aires.
Algunas de estas tormentas podrían alcanzar intensidad fuerte o severa, pudiendo provocar, en forma localizada, abundante caída de agua y ráfagas de viento, ocasionalmente caída de granizo.
Ante las altas temperaturas, en especial bajo los rayos del sol, la municipalidad distribuyó un comunicado donde alerta sobre la posibilidad de sufrir un golpe de calor.
Las señales de un golpe de calor son
– Cansancio, agotamiento
– Debilidad
– Mareos
– Dolores o calambres musculares
– Vértigo
– Dolor de cabeza
– Náuseas
– Visión borrosa
– Pulso acelerado
– Piel caliente y seca, sin transpiración.
– Puede ocasionar desmayos, fiebre alta y hasta convulsiones y pérdida de la conciencia.
– Dado que disminuye la irrigación cerebral y renal, en casos muy avanzados, podría causar la muerte.
En caso de sentir algunos de estos síntomas, la persona de refugiarse en un ambiente fresco y aireado, o a la sombra si está al aire libre, y aflójese la ropa. Controlarse la presión y el pulso, mojarse con agua fría -no helada- la cabeza, axilas y el tronco, y cubrirse con una toalla húmeda. Comer algún alimento salado e ingerir líquido sin alcohol. No se deben utilizar antitérmicos (aspirina, paracetamol, ibuprofeno). Si la mejoría no llega en los minutos que siguen a la descompensación se requiere atención médica inmediata.
Los mayores, los obesos y los chicos pequeños tienen mayor riesgo de sufrir golpes de calor, así como los enfermos y quienes toman ciertos fármacos o han ingerido alcohol. Como los niños generalmente no piden agua y realizan mucha actividad física, los padres deben estar atentos si el chico de repente está somnoliento y acalorado. Conviene tener siempre agua potable a mano y ofrecerles cada tanto.
Los bebés que se alimentan exclusivamente a pecho no necesitan tomar agua, pero no hay que exponerlos al sol directo hasta los seis meses. Es necesario mojarles la piel y consultar ante baja reacción, diarrea o vómitos.