Nunca se designó la comisión que debe controlar la Termas

En la memoria descriptiva del proyecto, enviada al Concejo Deliberante en 1997, se describe en dos etapas el desarrollo del futuro complejo termal. La primera debía realizarse entre 1997 y 1998 e incluía: accesos y estacionamiento, portal de entrada, descenso de visitantes, plaza comercial y de agua, veredas locales del conjunto, locales comerciales, servicios sanitarios hombres y mujeres, sanitarios para discapacitados, enfermería, local de fast food, comedor, sectores apergolados, locales de administración, control de ingreso, instalación de agua termal, agua fría, eléctrica, fuerza motriz, desagües, iluminación general, parquización de la 1° etapa, 800 m² de piletas en cuatro unidades, plaza de duchas, cerramiento general del predio, lago de enfriamiento y paseo ecológico en área forestada.
En las etapas futuras, a desarrollarse a partir de 1999 en función del flujo económico, se incluía: comedor, pileta de olas de 2500 m², quincho de uso múltiple, albergue estudiantil, 600 m² de piletas, juego de agua, sector de ancianidad: 400 m² de piletas con centro de salud y tratamiento, bungalows familiares y SPA.
El concejal Ricardo Larocca (UCR) expresó que el “Ejecutivo lamentablemente nunca designó a los miembros de la Comisión de Control de Concesión de las Termas. Nunca se constituyó formalmente”. Por ello, Larocca presentó un proyecto de resolución en el Concejo Deliberante el jueves 7 de septiembre para que se efectúen las designaciones.
La ordenanza data de 1995 y establecía que la comisión, que debía participar del desarrollo del proyecto turístico de aguas termales, debía ser integrada por un representante de cada bloque político del Concejo Deliberante. La normativa fue modificada en abril de 2005, y establece que, además de los concejales, debe ser integrada por un representante de la Secretaría de Hacienda, uno por la Secretaría de Turismo, Producción y Trabajo, uno por la secretaría de Obras y Servicios Públicos, un abogado del área de Asuntos Jurídicos”.

Cuestiones a revisar

Al no estar sancionada la comisión, Larocca consideró que “existen muchas cuestiones que no están claras como se están desarrollando hoy por hoy. Si existe cumplimiento o no del contrato de concesión por parte de la concesionaria ya que de haber incumplimientos, el municipio tiene la posibilidad legal de rescindir esa concesión”.
Hay que tener en cuenta que, si la municipalidad opta por dar por finalizado el convenio, en la cláusula 13° del mismo se estableció el cálculo de la indemnización que se deberá abonar a Verter: “cantidad de personas ingresadas en el complejo termal durante el término de un año calendario o fracción menor, en su caso, tomando para ello el mejor promedio, multiplicado por el número de años que falte para la finalización del plazo original de la concesión, al valor del costo de la entrada al momento del rescate, debiendo multiplicarse ese resultado por dos y medio (2,5)”. La cifra astronómica se debe pagar “con antelación a la toma de posesión del predio”.
Larocca también puntualizó que “hay que evaluar si la concesionaria tiene todos los seguros exigidos por el contrato al día”. El convenio establece que Verter debe contar con seguros: a), previstos por la ley de riesgos del trabajo; b), contra incendio y riesgos adicionales, c) contra terceros. “La falta de cobertura durante un lapso mayor a los 20 días dará derecho a la municipalidad a tener por rescindido el presente contrato” (cláusula 15°).
El edil también se preguntó por la planta de tratamiento de efluentes, establecida en la cláusula 17°: “Verter se obliga a preservar el medio ambiente de manera sostenida para lo cual construirá y mantendrá en funcionamiento una planta de tratamiento de efluentes”. “Hoy por hoy no está construida; esto es algo esencial para la salubridad del área porque con tanta construcción de bungalows y cabañas, se hace imperiosa la necesidad de la planta”, expresó.

Nadie controla

Carlos Varela, secretario de Obras Públicas del municipio, expresó que durante el año en curso “no se han producido alteraciones al cronograma de lo que se venía previendo”. Y agregó que el contrato es flexible, “tiene tanto un máximo como un mínimo exigible”. Luego agregó que no han habido “quejas ni cosas que nos hagan prever que hay alguna irregularidad o inconveniente”.
Consideró que hay bungalows en construcción, al igual que un hotel. “Falta verificar la superficie de espejo de agua y la infraestructura que tiene que ir desarrollándose en forma porcentual para mantener un equilibrio de confort en el predio”, sostuvo Varela.
Héctor Oñate, titular del área de Obras Privadas del municipio, expresó que por la situación económica y otra serie de situaciones, los plazos se han ido modificando. “Paulatinamente, se han ido cumpliendo con los distintos requerimientos. En lo que a nosotros nos compete, que es la incorporación de superficies y mejoras, Termas tendría alrededor de unos 8000 metros cuadrados edificados en total, donde tenemos una superficie destinada para bungalow, donde calculo que hay unos 80; las piletas cubiertas, comedor, los dormis (dormitorios), la casa de Té, la parte del portal de ingreso que se había dilatado un poco en el tiempo pero fue terminado, un lago de enfriamiento”, explicó.
Oñate dijo que, actualmente, el complejo termal también cuenta con “una serie de equipamientos como lo del spa, que tiene la aprobación de fines del año pasado y un hotel dentro del predio de unos 1500 metros cuadrados”.
En cuanto al seguimiento de la concesión, el encargado de Obras Privadas expresó que no está bajo su órbita. “No existe el seguimiento de todas las concesiones desde una oficina o un área como para ver los distintos aspectos, tanto desde lo constructivo como las otras cuestiones que tienen que ver con las concesiones”. Entre otros edificios municipales concesionados se pueden contar: el autódromo, Hostal del Río, parcelas otorgadas para sembrar diferentes cultivos, etc.
Oñate recordó que en tiempos del ingeniero Orduna, habían desde la Asociación del Personal Jerárquico “la necesidad que exista un área de seguimiento de las concesiones donde haya un contador en la parte técnica para evaluar los diferentes aspectos”.

Inversión atada a la venta de entradas

La inversión total que se había proyectado era de $ 5.040.000, que se prorrateaba en: perforación, $ 1.100.000; etapa comprometida, $ 940.000; etapa futura 1, $ 1.500.000; etapa futura 2, $ 1.500.000.
En el convenio se estableció, en la cláusula 6°, que únicamente se puede obligar a Verter a edificar las etapas futuras ($ 3.000.000) en el caso que venda 350.000 boletos de promedio anual por cinco años (casi mil entradas diarias) en los primeros cinco años de concesión. En caso de no lograrse en los primeros cinco años, se estableció que las etapas futuras se realicen una vez obtenido el promedio mencionado “cualquiera fuera el tiempo de la concesión transcurrida, computándose los cinco mejores años desde el inicio de la concesión, sean estos consecutivos o alternados”.
Pero, aparentemente, el municipio no controla la cantidad de tickets que se expenden diariamente. “Si el municipio no controla esa cantidad de venta diaria, facilitaría a la concesionaria el no tener un control para poder manejar esa situación y evitar quedar obligada a cumplir la etapas futuras”, expresó Larocca.

Desarrollo industrial

Los inversores, en el apartado de protección ambiental, se comprometieron a: respetar la forestación existente, no modificar los desagües naturales, mantener en su totalidad los niveles naturales del terreno, descartar actividades que generen polución ambiental, asegurar al visitante un entorno libre de contaminación, establecer zonas de reserva libre de construcción dentro del predio para que la fauna del área conserve su hábitat natural.
En cuanto al desarrollo de programas sociales para ancianidad, familia, jóvenes y niños, Verter también expresó intenciones de “acordar anualmente en función de los requerimientos sociales el uso de las instalaciones a un menor precio, para una cantidad de personas determinada, o contingentes específicos”.
Incluso, también se comprometieron al “desarrollo industrial del agua”. Para ello, la UTE debía crear un proyecto de utilización del agua termal con fines industriales, que será presentado en su oportunidad ante el Concejo Deliberante”. Actualmente, el agua desemboca en el arroyo Ayuí, aunque hoy en día es materia de discusión la posibilidad de obligar a los concesionarios a realizar otra perforación a fines de reinyectar el agua en el Acuífero Guaraní.

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