Nuevos enfrentamientos en Jerusalén dejan 16 heridos como saldo

Los fieles musulmanes siguen rechazando entrar en la Explanada y ayer, como en los días precedentes, rezaban en las calles adyacentes. Las autoridades israelíes instalaron detectores de metales en los accesos a la Explanada de las Mezquitas el 16 de julio, dos días después de que dos policías israelíes murieran a manos de tres árabes israelíes, que según las autoridades escondieron sus armas en la Explanada.

En rechazo a la medida, los fieles musulmanes se niegan desde entonces a entrar en la Explanada y rezan en las calles circundantes. Cinco palestinos murieron en los enfrentamientos entre manifestantes palestinos y fuerzas de seguridad israelíes tras la instalación de los detectores. Además, un palestino mató a tres civiles israelíes en una colonia en la Cisjordania ocupada. El martes, tras una intensa movilización diplomática internacional, Israel decidió retirar los detectores, aunque dijo que los reemplazaría "por una inspección de seguridad basada en tecnologías avanzadas y otros medios". Ante esto, las autoridades palestinas mantuvieron la consigna de boicot al sitio. "Rechazamos los detectores de metales, rechazamos las cámaras", declaró Um Maath, una árabe-israelí procedente de Nazaret, en el norte de Israel, precisando que unas 50 mujeres de la ciudad y sus alrededores iban todos los días a rezar alrededor de la Explanada en colectivos específicamente fletados para ello. "Todo tiene que ser como antes del 14 de julio", añadió.

Sofisticada red de cámaras

Según el diario israelí Haaretz, que cita fuentes policiales, se trata de una sofisticada red de cámaras de seguridad basada en una tecnología de reconocimiento biométrico. Para identificar a posibles sospechosos, el sistema emplearía una base de datos de fotos procedentes de la policía, el Shin Bet —el servicio de seguridad interior— y ministerios, precisó el diario. Pero el presidente palestino, Mahmud Abbas, exigió el martes la vuelta a la situación previa al 14 de julio para cooperar de nuevo con Israel, con quien Abbas "congeló" los contactos.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se congratuló por la decisión de Israel de retirar los detectores de metales pero juzgó que esto "no es suficiente". Israel reaccionó afirmando en un comunicado del Ministerio de Exteriores que "la única democracia real en la región" no tenía que "recibir lecciones de moral" del gobierno turco, que "invadió el norte de Chipre, reprime brutalmente a la minoría kurda y encarcela a periodistas". "Los días del Imperio Otomano pasaron", agregó. Una portavoz de la policía israelí afirmó que ésta "no utiliza ningún tipo de cámara que atente contra la vida privada y no tiene ninguna intención de hacerlo en el futuro".

La Casa Blanca saludó la decisión de Israel de retirar los detectores de metales, aplaudiendo "los esfuerzos de Israel para mantener la seguridad y reducir las tensiones en la región".

Las entradas a la Explanada —donde se sitúan la mezquita de Al Aqsa y la Cúpula de la Roca— están controladas por Israel, que la denomina Monte del Templo, el lugar más sagrado del judaísmo, pero está gestionada por Jordania.

Los musulmanes pueden acudir en cualquier momento, mientras que los judíos solo pueden hacerlo a determinadas horas y no tienen derecho a rezar. Las autoridades israelíes aseguran que no tienen intención de modificar estas reglas.

Varios representantes palestinos llamaron desde Ramalá a una escalada de las protestas. Wasel Abu Jussef, uno de los dirigentes de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), exhortó a los palestinos a dirigirse a los puestos de control del Ejército israelí en Cisjordania para protestar. Además, la organización radical Hamas convocó de nuevo un "día de la ira" con protestas mañana.

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