Los abogados ya habían tenido un revés la semana pasada cuando en Gualeguay se había confirmado el rechazo de primera instancia a la recusación planteada contra el fiscal Sergio Rondoni Caffa y el juez de Garantías Mario Figueroa; y ahora con la confirmación de la prisión preventiva tienen como última alternativa -antes de la audiencia de elevación a juicio- recurrir a Casación para que se revea el dictamen al cual arribó ayer la jueza de Gualeguay, María Angélica Pivas.
En definitiva, fue el sexto rechazo que sufrió la defensa de Nahir Galarza en su intento por lograr la libertad o subsidiariamente el arresto domiciliario con la colocación de una tobillera electrónica. La joven no fue a la cita, pero fue su abogado José Ostolaza el que volvió a pronunciar los mismos argumentos que expuso ante Figueroa en la audiencia del 16 de marzo.
Señaló que los riesgos procesales, es decir que para que exista entorpecimiento de la investigación o riesgo de fuga, deben estar “probados”, y que el juez Figueroa no consideró todo lo relacionado al artículo donde se deja especificado las condiciones existentes para la aplicación de la prisión preventiva, sino que sólo considero la gravedad de la pena y no tuvo en cuenta la conducta de la imputada tras los hechos.
La defensa realizó una presentación muy técnica y llevó a la sala mucha jurisprudencia sobre el tema, e incluso comparó la condición de Nahir Galarza con el caso Cromañón y la actitud que tomó la Justicia para con Chabán. Las partes querellantes, integradas por Rubén Virué en representación de Silvia Mantegazza, y Juan Carlos Peragallo y Sebastián Arrechea, abogados de Gustavo Pastorizzo, retrucaron esto y la jueza Pivas lo convalidó, porque en el caso Cromañon no hubo abuso de armas, alevosía, ni relación de pareja, y Chabán siempre estuvo preso.
Los querellantes invocaron que los riesgos procesales están dados por las cuestiones que han sucedido en estos meses, en donde se han manejado las redes sociales y mail de la acusada, las publicaciones que se vertieron a la prensa sobre lo existente en el Legajo, y además las amenazas que Gustavo Pastorizzo sufrió en enero.
“Cómo garantiza la defensa que la imputada no va a amedrentar a testigos a través de las redes sociales o manipular información a pesar de una tobillera electrónica desde su casa”, indicó Peragallo sobre la necesidad de que Nahir Galarza mantuviera su prisión preventiva.
La jueza Pivas también consideró el peligro de fuga por estar en una zona fronteriza y que la acusada tendría los medios para hacerlo, porque además la expectativa de pena es perpetua.