En abril de 2020, el presidente Alberto Fernández cuestionaba una nota de Alfonzo Pray Gay quien decía que por la cuarentena se estaba destruyendo la economía. «Ellos destruyeron la economía sin ningún coronavirus en el medio, es muy impresionante», disparó el Jefe de Estado. «¿Cómo es que se animan a hablar así? ¿Con qué autoridad moral?», se preguntaba Fernández.
Lo sucedido en Concordia hace un año es una clara muestra. En agosto de 2019, en el marco del paro de colectivos de 24 horas -pero que algunos choferes aseguraban que se trataba de una medida por tiempo indeterminado- los colectivos bloquearon en dos oprtunidades las calles aledañas a la municipalidad y un grupo importante de choferes ingresaba hasta el Concejo Deliberante para dialogar con los ediles en un clima de tensión.
La decisión del gobierno nacional, en manos de Mauricio Macri en ese entonces, de eliminar los subsidios al transporte generó un problema imposible de resolver para las provincias y los municipios. De hecho, la Provincia había implementado un sistema de subsidios alternativo, pero no era suficiente.
Un delegado de una Línea decía en agosto del año pasado que las cooperativas y las empresas debían hacer frente a un déficit enorme. Uno de los ítems que más preocupaba a los choferes eran los sueldos. “Están muy bajos. No nos están dando los números. Los compañeros no llegan a fin de mes. Cada vez estamos pidiendo más préstamos para sobrevivir y llevar un sueldo a la familia”, indicaba. En ese momento, los choferes ganaban aproximadamente entre $ 26.000 y $ 29.000 cuando la escala salarial marca que debían percibir $ 41.000.
Y los ediles estaban en la encrucjijada: “Tenemos que poner en la balanza el poder adquisitivo que tiene el usuario y la necesidad en que se encuentran las empresas que tienen que incrementar sus boletos para poder subsistir», admitía un integrante del bloque del PJ en ese momento.
El conflicto finalizó cuando los ediles se comprometieron a votar la suba que se terminó de concretar en octubre de 2019. Desde ese momento, el precio del boleto del colectivo es de $ 30 y se mantendrá así por ahora. «Estamos parados con el tema del aumento. Porque hay un convenio que se firmó con la Nación y nos van a dar un subsidio para que no aumentemos el precio», dijo Morán esta mañana. «Asi que hasta fin de año no hablemos de aumento del boleto», añadió,
«O, por lo menos, hasta el mes de octubre que sale un nuevo convenio a ver que sale», mencionó. «Si la Nacion sigue enviando plata, no aumentamos. Y si la Nación saca plata, va a haber un aumento. Pero por el momento no», explicó.
Al mismo tiempo, explicó que la Nación les adeuda dos meses. Sin embargo, tienen noticias de que la semana que viene posiblemente les depositarían el dinero. «El convenio es que no aumentemos el boleto pero ellos tienen que pone la plata pero no lo hacen. Venimos bastante complicados. Pienso que si no viene la semana que viene va a estar mas complicado todavía. No te dan los números por el costo del gasoil y el tema de los sueldos», dijo.
Si la situación era compleja el año pasado, este año es aún peor. Morán sostuvo que hay empresas que sufren un 70 u 80 % de recorte en la venta de boletos. «Por ahí hay días que sí: los días de pago. Pero es imposible de superar eso», dijo.
El colectivo suele transportar más pasajes en la hora pico cuando la gente viaja a trabajar. No obstante, luego de las ocho o nueve de la mañana y hasta las 11, el movimiento es my escaso. «Estamos muy complicados pero vamos a seguir aguantando hasta donde puédamos; mientras la Nacion mande subsidios no va a haber problemas», indicó.
Las líneas mas complicadas son la N° 6 (TAC) que se despkaza entre el Centro y Benito Legerén pasando por el barrio Pompeya, Parque Industrial y Las Tejas y Benito Legerén y la N° 8 (Chamussy) que realiza un itinerario similar, comienza en el centro pero finaliza en el barrio Villa Adela.
«Cargan en el centro, pasan el Parque Ferré y hacen siete u ocho kilómetros sin levantar gente. Salis con 10 pasajeros y vas con 10 pasajeros. Salís de Benito Legerén con cinco o seis y venís hasta Concordia con cinco o seis. Son muchos kilómetros», precisó.
«Acá dentro de la ciudad se mueve. Es diferente; las lineas de acá de Concordia pasan por todos los barrios; van renovando pasajes, en cada cabecera tienen un sube y baja de gente hasta que llegan a la otra cabecera», explicó.