A principios de marzo pasado, el gobierno y los representantes de la cadena de comercialización de la carne habían acordado los precios para 13 cortes de consumo popular: asado, $ 10,01; carnaza común, $ 7,09; carne picada, $ 7,13; roast beef, $ 9,45; vacío, $ 12,24; falda con hueso, $ 4,55; nalga, $ 14,20; bife ancho, $ 12,56; entraña, $ 12,03; paleta, $ 10,60; matambre, $ 12,40; cuadrada, $ 11,94; hueso con carne, 2,62 pesos.
Posteriormente llegó el tramo más algido de la protesta rural, con piquetes de productores agrarios, transportistas; nuevos desabastecimientos, etc. Y las secuelas del conflicto quedaron remarcadas en las góndolas. Si bien una rápida recorrida por Carrefour (ex Casa Tía) revela que hay cortes que respetan los precios acordados (asado $ 9,99; paleta $ 9,99; roast beef $ 8,99), los restantes superan con amplitud esos valores. El vacío no baja de los $ 17,79 y el de ternera se va a $ 26,39; el asado de ternera también vale $ 26,39; la nalga cuesta $ 22,39 y el cuadril $ 22,59.
El carnicero de uno de los supermercados chinos, el que se encuentra en Las Heras y 25 de Mayo, indicó que desde el inicio del conflicto rural los precios de todos los cortes aumentaron cerca de un 20 %. “No bajó prácticamente nada”, señaló. En la góndola tenía la pulpa a $ 16,90. “Antes valía $ 12 y algo, casi $ 13”, recordó. El asado y el vacío costaban $ 15,50; el cuadril y la pulpa $ 16,50.
“Si no te bajan los precios del gancho, vos no podés bajar”, aseguraba el carnicero en referencia a sus proveedores. “Ellos hacen sus números, tienen sus gastos y ven que el gasoil aumentó… y uno también tiene sus gastos”, dice mientras muestra un hueso entero pelado de 2 kg. “Acá perdí $ 15 porque si me pongo a cortarlo con la sierra para venderlo, gastó más en la sierra que lo que recupero”, indicaba. Además, se preguntaba la razón por la que debería bajar la carne si “nada bajó”, mientras señalaba la góndola de los lácteos.
En el minimercado ubicado en Aristóbulo del Valle y Sarmiento, el encargado de la caja ratificó que los precios no bajaron a pesar de la tregua del campo y el envío de hacienda. “Acá los que ganan son los que están en el medio porque el productor no gana y nosotros tampoco”, indicó. En el pizarrón, la pulpa valía $ 14,90, el lomo $ 17,50, el vacío y la tapa de asado $ 14,50 y la aguja $ 10,50.
Además, el encargado señaló que la media res aumentó un 5 % esta misma semana pero el incremento no lo trasladaron a las góndolas porque la venta cayó. “Antes vendía 3 media res por día; ahora vendo una”, indicó. Incluso, aseguraba que rebajar algunos precios para recuperar clientes. De todas formas, señalaba que la carne siempre “sube un poco en invierno”.
En tanto, en la carnicería ubicada en Liniers y Pellegrini, el encargado, calculadora en mano, señalaba con números que aumentó los cortes en sólo un 10 %. “Y no van a bajar porque ahora viene carne de más calidad”, dijo. Además, justificó los nuevos precios señalando que la carne “estaba barata”.
Si alguien mira en la pizarra situada en la parte superior del local, se encuentra con que la pulpa cuesta $ 13,90; el vacío y el asado $ 15,90. Al ser consultado sobre la posibilidad de que la carne pueda bajar en el corto plazo, el encargado meneó la cabeza de lado a lado, y agregó que en agosto probablemente suba un 8 o un 10 % porque entran “animales más flacos”.
Todos atribuyeron la suba a los proveedores. “Puede ser que en Buenos Aires esté bajando por la cantidad de animales que mandan para allá”, indicó uno de los consultados, dejando en claro que los precios no tienen porqué ser iguales en todo el país. Otro señaló que en Concordia hay pocos proveedores y, paradójicamente, los que vienen de afuera tienen la carne más barata. “Acá tenés a Fasana o a Dri que son los más importantes o algún otro más chico; en cambio los que te traen de Chajarí o de Concepción del Uruguay te la dejan algunos centavos más barata”, señalaba.
