En el interior del bolso llevaba unos $ 200 y objetos personales, dentro de los cuales se contaban algunas tarjetas de crédito. Pero, además, como es encargada de uno de los supermercados de una importante cadena local, portaba algo de cambio del resultante de la recaudación del día.
Los sospechosos llevaban gorras de lana, por lo cual su identificación se hizo muy difícil, además de lo dificultoso de reconocer la marca y color verdadero del ciclomotor. No se conocen casos en la ciudad donde se utilice esta modalidad, por cierto muy popularizada en grandes urbes.