Las autoridades más importantes que se presentaron, junto al rector del Colegio desde hace casi tres décadas, profesor Eduardo Julio Giqueaux; fueron el presidente municipal de Concepción del Uruguay, Marcelo Fabián Bisogni, y el decano de la Facultad de Ciencias de la Gestión de la UADER, ingeniero Osvaldo Bagnato.
Los motivos de las ausencias de Busti, Mathieu y Urribarri, en realidad, estuvieron vinculados al malestar y a los reclamos que se vienen sucediendo desde hace tiempo en el Colegio en relación a la Universidad Autónoma de Entre Ríos, el engendro montielista que la nueva administración no sabe aún hacia adónde encarrilar. Por un lado, la incorporación a la Uader fue muy resistida en su momento, por entender que «desjerarquizaba» al histórico «heredero de Urquiza». Pero una vez superado ese tema, se han seguido acumulando, ya con el nuevo gobierno, acusaciones de malos manejos en la Uader. Por otra parte, a los docentes del Colegio se les adeudan dos meses de incentivo más los 70 pesos que el gobierno nacional otorgó. Buena parte del cuerpo docente estaba preparado para hacer presentes sus protestas si las autoridades provinciales llegaban, cosa que –por otra parte– nadie esperaba. «Si no nos atienden el teléfono cuando llamamos para reclamar, menos esperábamos que vinieran ayer», dijo a este cronista un docente del Colegio.
Por otro lado, hace algunos días se hizo público que un grupo de estudiantes, asesorados por abogados de Concepción del Uruguay, iniciaron acciones legales contra el Estado entrerriano y la Uader, a raíz de que se inscribieron con la promesa de un determinado alcance para sus títulos profesionales, y cuando ya se acercan a su esperada graduación, se encuentran con que los títulos que obtendrán se ven limitados en calidad y ámbito de reconocimiento.
La combinación de estos elementos hizo que la celebración del histórico establecimiento educativo fundado por Urquiza se hiciera sin la presencia de las máximas autoridades entrerrianas, en un hecho más que se suma a una larga lista de puntos que han contribuido a «asumir» que el gobierno entrerriano no tiene interés en jerarquizar al Colegio del Uruguay.
