Zabala explicó que trabajan activamente en los “dos o tres” crónicos todos los días. Uno de ellos es el predio que pertenece al ex aserradero Blasco, ubicado en avenida Néstor Kirchner y Catamarca. En ese lugar hay una situación legal que impide arribar a una solución de fondo. La propiedad de la tierra pertenece a una cooperativa y la mayoría de sus titulares fallecieron. Por el otro, la Provincia está realizando los trámites para expropiar el terreno e integrarlo a la cuenca del Manzores, utilizando el lugar para fines recreativos. “Se está tratando de firmar un convenio de uso de espacio público recreativo-deportivo con las personas a cargo de esta cooperativa”, indicó.
Mientras se espera resolver la situación de fondo, se hizo un cerramiento con palos pero no dio resultados porque los sacaban. Luego ingresaron con una cooperativa del plan “Argentina Trabaja” a desmalezar, sacaron la basura y las máquinas municipales levantaron un muro de tierra en la vereda que dificulta el paso mientras que los vecinos están atentos para fotografiar a quienes vayan a deshacerse de sus residuos. “Ahora hay una visión total desde donde se mire. Hace dos o tres fines de semana que estamos tranquilos porque llegaba el lunes y era como tierra de nadie. Ahora volvemos y si bien queda algo, es muy poco”, dijo el ex concejal.
El otro basural crónico está ubicado al fondo de la Costanera, cerca del inicio de la Defensa Sur. El 5 y 6 de junio se inaugurará en esa zona un atractivo conocido como “Sendero Protegido”. Además hay instituciones como gremios y mutuales que solicitaron al municipio parte de esos terrenos para establecer campos deportivos. El ex edil sostuvo que la ocupación de las tierras es la mejor manera de mantenerlas limpias.
Pero la lista es más larga. En la zona conocida como “Cañaveral de Rívoli” señaló que hay dos personas cuidando desde la siete de la mañana hasta la siete de la tarde mientras que ayer y anteayer una máquina municipal estuvo trabajando en la limpieza. La idea es cerrar el predio.
Asimismo además hay otros lugares como Chabrillón y Colón, la manzana de la ex clínica Segenovich, detrás del hipermercado Norte o la esquina de Echagüe y Presbítero del Castillo. En el último lugar mencionado, dijo que hay una persona cuidando. “Pero se va y vienen los carros pero lo venimos controlando. Ya no es tan grave y lo tenemos controlado porque es un terreno privado. Estamos trabajando con Notificaciones, con Saneamiento (Ambiental)”, dijo Zabala.
Más adelante, explicó la importancia de que los vecinos de las zonas afectadas puedan tomar conciencia de la importancia de su colaboración para erradicar definitivamente los basurales. Por un lado, dejando de pedir a los carreros que se llevan la basura dado que muchas veces depositan lo que no les sirve cerca del lugar donde viven. “Muchas veces le pagamos $ 50 o 60 a un carro y el carro va y lo otra en la otra esquina. Intentamos que no se les pague a los carros”, señaló. Por el otro, respetando los horarios de la recolección de residuos y tomando fotos de las chapa patentes de quienes arrojan basura.
Respecto de los carreros, sostuvo que es una entrada de dinero la tarea que realizan por lo que la intención es instalar contenedores en la puerta de sus casas para que vuelquen allí los desechos y no en cualquier lado. “Pero nos falta mucho, nos falta gente, necesitamos promotores”, indicó
Residuos voluminosos
Por su parte, Estevez señaló que deben buscar las causas que generan la aparición de los microbasurales porque “no sirve de nada limpiarlos” debido a que al poco tiempo vuelven a estar sucios nuevamente. Una de las causas es la entrega a “personas no autorizadas” en referencia a los carreros -aunque Estevez también incluyó en esa descripción a los vecinos que se deshacen de su basura por cuenta propia- que se deshacen de lo que no les sirve en algún lado.
Por otra lado, y más importante aún, es que los residuos que van a parar a los microbasurales son aquellos que son rechazados por la recolección municipal. El camión tiene una capacidad determinada y sólo se levanta bolsitas que contengan basura domiciliaria. “El camión no puede llevar un mueble, un colchón; el equipo que compacta no está preparado para recibir un mueble”, indicó. Desde Medio Ambiente detectaron que en los microbasurales se encontraba ese tipo de residuos como lavarropas, etc.
En consecuencia, se implementó un servicio paralelo de recolección que funciona de 13 a 17 abarca a diez barrios determinados de antemano por semana. El municipio recorrerá esas zonas para levantar chatarra, muebles, colchones y electrodomésticos en desuso. Inclusive hasta ramas, tierra y escombros aunque Estevez aclaró, en éste último caso, que si se trata de una obra grande el vecino debe contratar un servicio de volquetes. Respecto de las ramas, el municipio adquirió una chipeadora: una máquina que troza y convierte en “chips” de madera los residuos verdes que se generan en gran volumen en otoño, tratándose de una época de poda.
Pero no sólo se encuentran ramas, escombros o televisores antiguos en los microbasurales. En noviembre del año pasado, en la zona sur denunciaron la presencia de una gran cantidad de pañales usados por personas adultas. El municipio comenzó a investigar y detectó que los desechos habían sido vertidos por un geriátrico. Estevez aclaró que las instituciones que generan residuos patológicos, como este caso, deben cumplir con la ley que regula esa materia que establece la entrega a establecimientos adecuados para su tratamiento y no pueden arrojarlos en cualquier lugar.
Desde Medio Ambiente solicitan a los vecinos que denuncien a quienes observen arrojando basura. “Que saquen fotos que nosotros, con la patente, sabemos quienes son”, indicó. “Lo que ocurre es que por ahí la gente nos manda fotos y no se ve la patente y ahí se nos complica o nos avisa y cuando llegamos no hay nadie”, expresó. El municipio tiene potestad para multar en estos casos aunque el fin no es recaudatorio sino garantizar el derecho de todos a un medio ambiente limpio.
