No se si nuestros lectores coincidirán pero creo que es un buen momento para reflexionar sobre el particular, en especial porque en este listado aparece la socia y cónyuge del titular del Instituto de Informaciones comerciales, o sea el mismo que debe informar ‘sobre persona o empresa referido a su desempeño comercial y financiero y al cumplimiento de sus obligaciones’.
Los casi 40 millones de pesos que hasta ahora descubrieron en ATER como parte de un millonario fraude a las arcas del Estado y en el que la justicia intentará probar la connivencia de empresarios, funcionarios, empleados y (cae de maduro) políticos, desnudará que para que exista un coimeado o corrupto hace falta un coimero o corruptor, o sea, dos partes dispuestas a cometer un ilícito. De Perogrullo me dirá Ud… y sí, tiene razón, pero aunque tan obvio, a veces no parece.
Que efecto pensamos que puede tener para el ciudadano común, saber que la persona que debe informar sobre la corrección de otro, en el cumplimiento de sus obligaciones, está vinculado a una acción decididamente ilegal.
En la página web de ese centro se afirma esto ‘El Instituto de Informes Comerciales de Concordia, es la solución integral que esperaba para el análisis del crédito’. O sea, es más que obvio que quien se aviene a estafar al Estado (por sí o por terceros) merece poco crédito, sin embargo es palabra autorizada para decir cuánto crédito merece cualquier otro.
Pero esta es quizá la parte más espectacular de esta relación nonc santa. Hagamos memoria : los que despotrican contra los coimeros agentes de tránsito y meten la mano en el bolsillo para resolver alguna infracción ¿se sienten a salvo, se creen diferentes, son mejores?
Aquellos que compran cosas robadas a sabiendas, acaso piensan que tienen una moral diferente al ladrón liso y llano, al ‘negrito’ al que en reuniones sociales o en las redes lo muestran como la lacra social…
Los periodistas que reciben dádivas de políticos, gobiernos, empresarios, comerciantes etc. para montar operaciones de prensa, mentir, ofrecer, a sabiendas, información falsa, ocultarle a sus audiencias sus vínculos con los que le pagan ¿qué son?
El punto es que, cada una de estas cuestiones aquí planteadas, están casi naturalizadas por buena parte de la sociedad que, a su vez, despotrica contra la corrupción.
No necesito decirle que podríamos hacer un rosario de ejemplos, sin embargo, la intención no es abundar, solo proponerlo como debate y alentarlo a utilizar, si así lo prefiere este fabuloso sistema que alienta la participación responsable y ciudadana, opinando y haciendo comentarios al respecto.
