Se recordó a los concordienses desaparecidos en la última dictadura cívico-militar, y
en esta oportunidad especial, en que la fecha también coincide con las primeras jornadas del juicio en el que se juzga a los represores Naldo Miguel Dasso y Genaro Díaz Bessone, por la desaparición de Sixto Francisco Salazar y Julio Solaga, se insistió con el reclamo de juicio y castigo a los represores, y en la profundización de la justicia, a través de la investigación de implicancias de sectores civiles en el terrorismo de Estado.
Luego de la entonación del himno nacional, la apertura de los discursos estuvo a cargo de Horacio Maciel, ex preso político durante el proceso, prosiguió con el discurso del hijo del militante social Valerio Sánchez. Luego hizo uso de la palabra Estela Solaga de Moreno, para referirse al juicio a los represores por las causas “Área Concordia”, “Área Gualeguaychú”, y “Cesar Román su denuncia” de Concepción del Uruguay, que comenzó el 21 de marzo pasado y se extenderá durante todo el mes de abril. Estela también hizo un repaso
del devenir de las causas durante la década del noventa hasta nuestros días.
«No habrá pacificación sin justicia»
Esa fue una de las principales reflexiones esbozadas por el intendente Gustavo Bordet, para referirse al proceso de búsqueda de justicia y verdad que se está dando por primera vez en la provincia.
«El 24 de marzo de 1976 cuando se produce el golpe militar no sólo fue el asalto al poder constitucional por parte de un grupo armado sino que fue un golpe perfectamente planificado que tenía como cometido un proyecto económico que persistió hasta 2003 y que produjo la expoliación de nuestro país. Fue un golpe en el cual la participacion civil fue decisiva para el sostenimiento militar. El 24 de marzo yo tenía 13 años, época en la que estudiaba en la Escuela Comercio y fui testigo en esa época dolorosa de cómo muchos profesores hacían una defensa furiosa del régimen en las aulas y en los claustros.
Pero también fui testigo de otros que, por el contrario, fueron cesanteados y perseguidos. Fui testigo también de la lucha solitaria de las madres y de los familiares. Pero a su vez fui testigo del final de este proceso. Fue allí cuando todos los que habíamos vivido el terror empezamos a luchar y a militar por recuperar los valores democráticos.
Las consignas que entonces cantábamos eran las mismas que cantan hoy los jóvenes, porque nosotros teníamos la firme convicción y la expectativa de que un día se haría justicia. Teníamos la esperanza de que se castigue a los genocidas. Porque no sólo no hay que olvidar lo que pasó durante la dictadura, también hay que recordar lo que pasó
después cuando vinieron los indultos y la Ley de Obediencia debida y Punto Final para quienes habían sido condenados. Porque también fui testigo en esta plaza durante muchísimos años del pedido de todos para que se juzgue finalmente a los genocidas, algo que en los 90 parecía una utopía.Todo esto cambió cuando en 2003 Néstor Kirchner tomo la
decisión de llevar a la práctica lo que había declamado en su campaña.
No fue facil hubo que luchar mucho, pero hoy estamos acá siendo testigos todos de un cambio en la historia política de nuestro país»
Para finalizar el Intendente Gustavo Bordet reiteró a los presentes la decisión y el compromiso institucional de acompañar como autoridad no sólo a los familiares sino a toda la comunidad de Concordia en el esclarecimiento y la determinación de la verdad en los juicios.
«Para que se castigue a los culpables. Porque no puede haber pacificación si no hay juicio y castigo. No hay otra forma de pacificar sin justicia»