Shaya dice que buscaban cuentas de los Kirchner, no por dar la batalla contra la supuesta corrupción, sino para extorsionar a la mandataria. Su versión es que trabajó para una agencia de informes que -a su vez- trabajaba para Paul Singer y que la intención era amenazarla con publicar los datos – hasta ahora inexistentes o falsos– si Cristina no se avenía a pagar la «deuda» argentina con los fondos buitres.
CFK se fue del gobierno casi un año después de la muerte de Nisman y se mantuvo más que firme frente a Singer y los demás buitres.
Sin embargo, las declaraciones del ex agente terminaron siendo un tiro en el pie para los planes de quienes buscan “resucitar” mediáticamente la figura del ex fiscal en pos de azotar la imagen de la actual vice presidenta.
Lo único que va quedando en pie –entre tantas versiones difundidas- son los intentos de los fondos buitres para encontrar información que sirviera para extorsionar a la ex mandataria y las vinculaciones del fiscal muerto con sectores oscuros de la inteligencia nacional e internacional.