De manera sorprendente la obra de Frenkel deja la clásica metodología del documental relatado en forma cronológica y se detiene en pequeñas anécdotas de la vida cotidiana que no abandonan la rigurosidad histórica. Habla la gente, hablan los federaenses, los de antes y los de ahora, entre los que se incluyen los integrantes de la corriente inmigratoria que recibió la ciudad a partir del despegue turístico, lo que el realizador denominó, “la cuarta fundación de Federación”, luego de los dos traslados sufridos en más de 150 años de vida.
El relato no es manifiesto, pero resulta didáctico y muy entretenido para el espectador, debido a la alta calidad técnica volcada en la producción, reflejada en una excelente fotografía, que va combinando de ingeniosa manera voces con imágenes e invita a recorrer el camino de una historia atípica, en este caso contada por los propios protagonistas, que se refuerza en un guiado a cargo Gisela Santiago (Guía de Turismo), en el tren “Júpiter”, una de las propuestas de recreación que la ciudad ofrece para los turistas.
Al concluir la proyección, los presentes fueron invitados a un ágape donde se pudo registrar la conformidad general con la obra de quien descubrió la ciudad de Federación como turistas y al enterarse del traslado y lo que pasó con la vieja ciudad, decidió abocarse a una tarea y lograr una versión distinta, de una historia que generalmente apela a lo emotivo para su relato y habla de tragedias: con la estatura de los grandes artistas Néstor Frenkel regaló a Federación una versión optimista y por momentos divertida.
