Negreros: Encontraron a 25 cosechadores correntinos, entre ellos un menor de 15 años, hacinados en una precaria casa de dos ambientes

En dialogo con DIARIOJUNIO el delegado local de la subsecretaría de Derechos Humanos de la Provincia Rubén Bonelli, señaló que a las 20.00hs, de este sábado, personal de la comisaría 1° le informó que a escasos 20 metros de la comisaría, por calle sarmiento, había unos 25 trabajadores de Gdor. Virasoro (Corrientes), entre ellos un menor de 15 años, “que estaban hacinados en una vivienda muy deteriorada de solo dos habitaciones de tres por tres” y destacó además que “de los 25 solo seis tenían colchones, porque se los habían traído de corrientes, y los demás dormían en el suelo” en cuanto al menor de 15 años, Bonelli aseguró que “fue derivado a la guarda del Copnaf” dado que la ley prohíbe expresamente el trabajo infantil hasta los 15 años de edad, y solo permite a partir de los 16 con autorización de los padres.

Pero el hacinamiento y la incertidumbre son solo una pequeña muestra de la inmoralidad de esta “empresa de servicios”. Según el funcionario, los cosechadores comentaron que el contratista, “que fue identificado como Juan Ghiorzo, les cobraban la comida $40 cada uno y $8 pesos el hospedaje por día” con lo que si tomamos en cuenta que el jornal para el cosechador de fruta es de $115, significa que esta persona se estaría quedando con casi la mitad del sueldo de los obreros. Pero eso no es todo, porque, de acuerdo con lo que afirman los correntinos, ésta persona les había ofrecido pagar $8 por bandeja recolectada.

De acuerdo con la información brindada a DIARIOJUNIO por fuentes policiales, y confirmada por Bonelli, luego de que la Policía y Derechos Humanos estuvieran en el lugar, y de que interviniera el Copnaf por el caso del menor de 15 años, “Esta persona (Ghiorzo) fue y los trasladó a la localidad de Clodomiro Ledezma –a unos 20 kilómetros de Concordia- eso fue como a las 22.30hs” aseguró el delegado de D.D. H.H.

EL CASO DE BENITO LEGERÉN
Pero si todavía no queremos convencernos de cuan inhumanos pueden ser estos “empresarios” que más bien merecería en el mote de “tratantes” o “rufianes”, el caso descubierto el viernes en Benito Legerén nos dará un baldazo de realidad.

En ese lugar, más precisamente en el abandonado edificio de la ex escuela Justa Gayosa, en las inmediaciones del también abandonado predio del ex frigorífico CAP Yuquerí. Un grupo de 45 personas entre cosechadores y sus familias, contaban los días a la espera de que se apareciera la persona que los había contratado. Se habían venido en el tren El Gran Capitán, y desde que los ubicaron en ese lugar, no volvieron a verlo.
Curiosamente el contratista también se llamaba Juan, y luego la Policía nos confirmaría que se trataba del mismo que tenía el otro contingente en calle Sarmiento.

Pero las personas que estaban alojadas –si es que se puede llamar alojamiento a ese lugar- estaban en condiciones infrahumanas.
45 personas contaban solo con tres colchones, no había agua, la conexión eléctrica era clandestina y precaria, y no tenían comida.
Los trabajadores son de Apóstoles (Misiones), y algunos de ellos habían venido con su conyugue e hijos. “Había 3 menores; un bebe de seis meses, un niño de un año y medio, y otro de tres años, que estaban con sus padres” graficó Rubén Bonelli.
Pero aún hay más en este increíble gráfico de la miseria humana: Según señalaron los trabajadores –por ahora cesantes- a el delegado de Derechos Humanos, la persona que los había contratado, los dejó hace dos días “los dejaron depositadas allí, les prometieron baños químicos pero hasta ahora no les habían llevado nada, ni habían comenzado a trabajar”

«Estaban durmiendo en el piso de un edificio abandonado, sin agua, sin comida, sin baños, no tenían ningún medio, ni siquiera para volverse a Misiones, puesto que todavía no empezaron a trabajar” al igual que al otro grupo, les prometieron que les iban a pagar $8 la bandeja por producción.
Según señaló Bonelli, carecían de alimento, por lo que se estaban alimentando de lo que ellos mismos podían pescar en el río.

Pero al ser consultado por DIARIOJUNIO respecto de cuál es la situación actual de estos embaucados trabajadores golondrina, el funcionario refirió que “Ellos dijeron que iban a esperar al contratista, y por lo que manifestaron los vecinos aún permanecían ahí, pese a las condiciones climáticas” al respecto cabe aclarar que el edificio en cuestión no tiene puertas, y tampoco los vidrios en las ventanas, e incluso el cielorraso se ha caído en un 50% por lo que, a juicio del funcionario, corrían serios peligro los niños.

“ESTE AÑO HUBO MENOS CONTROL”
Así lo expresó el delegado de Derechos Humanos, cuando le consultamos al respecto: “El año pasado hubo un poco más de orden, porque toda aquella persona que contrataba a gente para que trabaje en el arándano tenía que anotarse en un padrón, este año ha sido todo más precario; acá –acentuó Bonelli- las reparticiones del Estado tienen que cumplir con lo que mandan, porque si hubiésemos articulado que cada uno cumpla con lo que tiene que cumplir no tendríamos estos resultados y por lo que hemos podido ver, las condiciones son peores que años anteriores” concluyó

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