Tengo presente el niño que fui frente al pesebre, frente a ese niño pobre que mirábamos desde nuestra propia pobreza. Alguna suerte de regalo comprado con mucho sacrificio, y los besos y abrazos de la medianoche, y creo que me quedé por allí como quien dice somos lo que hemos sido, lo que hemos amado y ese montón de sueños que andan venteando las veredas del tiempo. Pero la escena del niño Dios en un pesebre sigue intacta, solo fue cambiando la perspectiva para pensarla, y sobre todo para vivirla. Entendí, que Jesús nacía todos los días infinitamente multiplicado en los ranchos, en los asentamientos, en las barriadas y que muchos “cristianos” nos quedábamos en el pesebre de yeso, y dejábamos pasar los niños Jesús de todos los días
Después entendí también, que a ese niño lo mató el imperio por liberar al pueblo, y que a ese niño lo mata el imperio todos los días.
Y entendí por cierto, que el cristianismo no es una suerte de piedad, de mística, es definitivamente una ética. Una ética que fue corrida por promesas de salvación y otras vidas que están a mucha distancia de la de todos los días.
Concordia hace agua por todos lados, y el agua nos devuelve la injusticia oculta, la miseria de todos los días en una secuencia de horas, el dolor de una vida en el dolor de unos tiempos y espacios visibles por la catástrofe. Y me quedé un poco en la imagen de la navidad, y en los pesebres de yeso, y en el compromiso de estos días. Y me pregunto cuando el agua vuelva a su sitio, ¿la pobreza volverá al suyo? ¿Y nosotros volveremos al nuestro?
He visto tanto compromiso en estos días, tanta gente solidarizada, tanta fraternidad, que creo, que si podemos sostenerla, más allá de un pesebre de Navidad, Dios habrá nacido verdaderamente entre nosotros.
Y creo, y quiero compartirlo con todos ustedes, mis amigos, mis hermanos del alma, mis compañeros de militancia, que el secreto de la navidad de todos los días, lo descubrió ese gran cura, mártir, asesinado por el imperio en El Salvador que fue Ignacio Ellacuría, "Si a la mayoría le falta lo necesario nadie debe tener derecho a lo superfluo".
Hoy hay mucho dolor en nuestros barrios, y hay mucha injusticia, pero habrá navidad, si podemos sostener nuestros compromisos, y si hay navidad, ¡seguramente habrá liberación!
¡Feliz navidad para todos y todas!
¡Los abrazo, los quiero mucho!