Gonzalo Caudana nunca se retira. Esté adentro o afuera de la cárcel, sigue manejando los hilos de un negocio al que ingresó hace unos 15 años. Por eso, quienes investigan al narcotráfico nunca le sacan los ojos de encima. La investigación que la Delegación Paraná de la Policía Federal venía llevando adelante desde hace un tiempo derivó en las decenas de allanamientos que comenzaron ayer a la madrugada en Concordia, y anoche continuaban en distintos barrios de Paraná y otros lugares de la provincia bajo las directivas del Juzgado Federal.
En horas del amanecer, Caudana viajaba en un VW Up gris junto a una mujer oriunda de Santo Tomé (Santa Fe), cuando fue interceptado por efectivos de la fuerza en la ruta nacional 18, a unos 20 kilómetros de Villaguay. Era el mismo auto en el que fue demorado hace un par de semanas por la Policía Caminera por no llevar la documentación. Pero esta vez le hallaron 10 kilos de cocaína en el vehículo.
Pero la pesquisa fue más allá de Caudana, que en el último tiempo supo aprovechar los vacíos que dejaron competidores en la venta de droga que fueron cayendo y se convirtió en el jefe de una banda de alcance provincial.
En la ciudad de Concordia, donde la Policía Federal contó con la colaboración de la Policía de Entre Ríos, se allanaron tres domicilios de manera simultánea: uno en calle Rívoli al 500, otro en la Cortada 61 del barrio Don Jorge, y el restante en una vivienda ubicada a metros de la intersección de la autovía Artigas y la ruta 22, en la zona conocida como barrio El Martillo.
En estos procedimientos se secuestraron alrededor de 11 kilos de marihuana, así como otros elementos que evidenciarían la comercialización de la misma, como por ejemplo una abultada suma de dinero, que rondaría el millón y medio de pesos.
Anoche continuaban los allanamientos en distintos puntos de Paraná, como el barrio La Floresta, donde hay varios kioscos de droga, y otras ciudades de la provincia.
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Un prontuario que crece
Caudana cumplió en prisión diversas condenas y recuperó su libertad el año pasado. Tiene amplios antecedentes como traficante de estupefacientes. En 2003 fue condenado a cuatro años de cárcel por tenencia de droga. En 2009 cayó, junto a familiares y otros integrantes de la banda narco, y fue condenado a seis años y medio.
En 2013, en plena salida sociolaboral, lo interceptaron en el túnel subfluvial cuando viajaba a Santa Fe en un auto de alta gama con 285.000 pesos, por lo que le revocaron el beneficio, que volvió a obtener meses después y volvió a perder en setiembre.
En febrero de 2014 fue condenado por tenencia de droga en su celda de la Unidad Penal 1 de Paraná. En esa oportunidad le unificaron las penas en seis años y un mes de prisión efectiva, pero en carácter de domiciliaria debido a una pancreatitis. Tiempo después revieron su situación por incumplimientos de la domiciliaria por salir de su casa para amenazar a un hombre y a un policía.
Además de la nueva causa que se le inició con su detención de ayer, tiene pendiente la acusación por trata de personas por regentear la prostitución en la zona de la Terminal de Paraná.
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Arrepentida
Una de las detenidas en los allanamientos en Concordia es Natalia Bonazzola, la mujer que hace dos meses declaró como arrepentida en un juicio y fue condenada por venta de drogas. Había dicho que vendía porque un policía la extorsionaba para hacerlo. Al parecer, siguió en el negocio y quedó vinculada a Caudana.