ALGUNOS DE LOS NUEVOS IMPUTADOS
Son alrededor de 10 los nuevos imputados a los que se los acusa de ser “partícipes necesarios” de estos delitos cuyas carátulas son : “Administración fraudulenta en Concurso Real y Falsificación Ideológica en Concurso Ideal”.
Los nuevos imputados en este caso fueron citados a indagatoria el último jueves del año pasado. Entre ellos, aparecen, Higinio Buraglia ; Mario Sborosky y sus dos hijos ; Martín Guidobono ; y un hijo de Kobrinsky (propietario de la Estación de servicio), entre otros, según supo DIARIOJUNIO.
En este caso, la administración fraudulenta se configuró para beneficiar a terceros, en rigor los nuevos imputados.
ROMERO ABANDONO LA DEFENSA
El abogado de los tres principales imputados, los Robinson, padre e hijo y de Mario Siebzehner, es decir, Jorge Romero, renunció a la defensa de ambos.
Según lo que pudo averiguar este diario, la renuncia estaría enmarcada en un cambio estratégico de los imputados. Es que, tal como anunció este diario hace un tiempo, estos meses en el que la causa estuvo prácticamente detenida, el fiscal aprovechó para proponer una negociación que consistía en : por un lado el reconocimiento del delito y, por otro, la reducción de la pena.
Uno de esos tres imputados se habría manifestado conforme con la negociación, en cambio, no le resultó atractiva a los Robinson, de allí la renuncia y el cambio de abogados. En otras palabras, trascendió que hubo disidencias entre los Robinson y Siebzehner.
PERICIAS Y OTRAS YERBAS
En cuanto a las pericias, lo que estamos en condiciones de afirmar es que la respuesta de Uruguay, no resultaron satisfactorias ni para la querella ni para el fiscal por lo que se solicitó lo que se conoce como “reiteratorio”, o sea, pedir lo mismo nuevamente a través de Cancillería.
Es que, el banco donde tanto fiscalía como querella sabían que existían transacciones y fondos de los imputados, no contestó el pedido de información.
BREVE RESEÑA DEL CASO
Se llama “Naranjal de Pereda” a un predio de más 20 has, contiguas al Parque San Carlos, que fueron comprados a la familia Iturburu y que se conoce en Concordia con ese nombre.
Aunque existen varias estimaciones dinerarias, se habla de alrededor de 2 millones de dólares. En rigor, lo que cree haber descubierto el fiscal es que, terrenos con un valor 120 dólares el mettro2 fueron vendidos a aproximadamente 15 dólares, generando un perjuicio patrimonial evidente a esa fundación.
A su vez, esa fundación creada a comienzo de la década del 60, compraron ese terreno para construir un hospital para enfermos mentales.
Tan noble objetivo, quedaría manchado si la justicia comprobara la jugada. En vez de aquel hospital soñado, los administradores actuales pensaron en alquilar una casa para que el Hospital Felipe Heras la destine a ese fin.